Diálogos entre Transcomplejidad y Axiología: Perspectivas Teóricas para la
Comprensión de la Praxis Gerencial Pública en Venezuela
Autor: MSc. José Gregorio Soto Rattia
Instituto Autónomo de Salud del Estado Apure (INSALUD) –Venezuela
Correo: jose.g.soto1411@gmail.com
Código ORCID: https://orcid.org/ 0000-0002-8934-2327
Línea de investigación: Currículo, Formación e Innovación Pedagógica
Como citar este artículo: José Gregorio Soto Rattia “Diálogos entre Transcomplejidad
y Axiología: Perspectivas Teóricas para la Comprensión de la Praxis Gerencial
Pública en Venezuela” (2025), (1,18)
Recibido: 22/05/2025 Revisado: 30/05/2025 Aceptado: 04/06/2025
RESUMEN
El
presente estudio tuvo como objetivo general comprender la compleja praxis
gerencial en las instituciones públicas venezolanas a través de un diálogo
teórico entre el paradigma de la transcomplejidad y
la dimensión axiológica. La investigación, de naturaleza
documental-bibliográfica, se enmarcó en un paradigma interpretativo con enfoque
cualitativo. Se empleó el análisis de contenido hermenéutico para articular
críticamente los aportes de autores clave del pensamiento transcomplejo
(Villegas, Balza, Schavino), de la sociología y la
ética, construyendo una nueva síntesis teórica. Los resultados demuestran que
la transcomplejidad ofrece una cartografía precisa
para la incertidumbre del entorno, mientras que la axiología se erige como la
brújula indispensable ante el debilitamiento de las estructuras formales. El
hallazgo central que emerge de este diálogo es la figura del gerente público
como un “bricoleur” ético: un artesano que teje
soluciones viables con recursos fragmentarios, guiado por una profunda brújula
moral interna. La discusión reinterpreta esta praxis no como un fracaso
sistémico, sino como un acto de resistencia creativa y ética. Se concluye que
el principal aporte del estudio es una lente teórica que dignifica la gestión
en crisis, desplazando el foco de la eficiencia tradicional hacia la
resiliencia, la legitimidad y el juicio prudencial. Este trabajo abre vías para
futuras investigaciones empíricas que exploren estas dinámicas en el terreno,
dando voz a sus protagonistas.
Descriptores:
Diálogos, Transcomplejidad, Axiología, Perspectivas Teóricas, Comprensión,
Praxis Gerencial Pública.
Reseña
Biográfica:
Doctorando en Gerencia Avanzada (UNELLEZ).
Magister en Gerencia de la Salud
Pública (UNERG). Profesor mención: Educación Integral (UPEL Mácaro).
Experiencia Laboral: Analista de Gestión Humana III (INSALUD – Apure). Profesor
P/H: (M.P.P.P.E.). Años de Servicio en la Administración Pública: 25 años de
Servicio (Activo Actualmente).
Dialogues between Transcomplexity and
Axiology: Theoretical Perspectives for Understanding Public Management Praxis
in Venezuela
Author: José Gregorio Soto Rattia,
MSc.
Autonomous
Health Institute of Apure State (INSALUD) – Venezuela
Email: jose.g.soto1411@gmail.com
ORCID Code: https://orcid.org/ 0000-0002-8934-2327
Line of research: Curriculum, Training and Pedagogical Innovation
How to cite
this article: José Gregorio Soto Rattia “Dialogues between Transcomplexity
and Axiology: Theoretical Perspectives for Understanding Public Management Praxis
in Venezuela” (2025), (1,18)
Received: 05/22/2025 Revised: 05/30/2025 Accepted: 06/04/2025
ABSTRACT
The general
objective of this study was to understand the complex managerial praxis in
Venezuelan public institutions through a theoretical dialogue between the transcomplexity paradigm and the axiological dimension. The
research, of a documentary and bibliographic nature, was framed within an
interpretive paradigm with a qualitative approach. Hermeneutic content analysis
was used to critically articulate the contributions of key authors of transcomplexity thought (Villegas, Balza, Schavino), sociology, and ethics, building a new
theoretical synthesis. The results demonstrate that transcomplexity
offers a precise cartography for environmental uncertainty, while axiology
emerges as the indispensable compass in the face of the weakening of formal
structures. The central finding that emerges from this dialogue is the figure
of the public manager as an ethical "bricoleur": a craftsman who
weaves viable solutions with fragmented resources, guided by a deep internal
moral compass. The discussion reinterprets this praxis not as a systemic
failure, but as an act of creative and ethical resistance. It is concluded that
the main contribution of the study is a theoretical lens that dignifies crisis
management, shifting the focus from traditional efficiency to resilience,
legitimacy, and prudential judgment. This work opens avenues for future
empirical research exploring these dynamics in the field, giving voice to their
protagonists.
Descriptors: Dialogues, Transcomplexity, Axiology, Theoretical Perspectives,
Understanding, Public Management Praxis.
Biographical
Summary: PhD
candidate in Advanced Management (UNELLEZ). Master's degree
in Public Health Management (UNERG). Professor specializing in
Comprehensive Education (UPEL Mácaro). Work
Experience: Human Resources Analyst III (INSALUD – Apure). Full-time Professor
(M.P.P.P.E.). Years of Service
in Public Administration:
25 years (Currently
Active).
INTRODUCCIÓN
Navegar
la administración pública en Venezuela actualmente se parece a recorrer un
laberinto de incertidumbres, urgencias y paradojas. Es una situación que pone a
prueba cualquier guía, de manera que, las brújulas convencionales, esos
enfoques gerenciales de estilo positivista y lineal, simplemente, ya no son
efectivas. Se rompen ante una realidad que no es lineal, sino rizomática; no es
sencilla, sino profundamente interconectada.
Frente a este panorama, que a menudo se siente abrumador, surge una
pregunta ineludible: ¿Cómo comprender una praxis gerencial que se desenvuelve,
día a día, en el filo de la navaja? ¿Qué herramientas teóricas nos permiten ir
más allá de la mera descripción de la crisis para empezar a interpretar su
lógica interna?
Es
precisamente aquí donde el pensamiento transcomplejo
emerge, no como una solución mágica, sino como una ventana, una perspectiva
mucho más honesta para mirar el caos. La transcomplejidad
nos invita a pensar en redes, en la incertidumbre como un componente natural y
en la interconexión de saberes. Sin embargo, un análisis puramente estructural
o sistémico, por más complejo que sea, corre el riesgo de quedar vacío,
despojado de su alma. Asimismo, es importante tener en cuenta la dimensión que
proporciona significado a toda acción humana: la axiología, que es el estudio
de los valores.
Así,
la investigación documental actual se adentra en una discusión teórica, en un
intercambio esencial. ¿Qué ocurre cuando la perspectiva multidimensional de la transcomplejidad se cruza con el profundo interrogante
ético de la axiología? ¿Qué tipo de luz proporciona este cruce sobre la
práctica de quienes gestionan lo público en un contexto tan exigente como el
venezolano?
Por
lo tanto, lejos de pretender ofrecer un modelo de intervención, este trabajo
tiene una aspiración más humilde, pero, creemos, más esencial: comprender. A
través de una revisión bibliográfica y un análisis hermenéutico, se buscó tejer
las hebras de estos dos paradigmas para construir perspectivas teóricas
renovadas. En este orden de ideas, el objetivo no es dictar un "deber
ser", sino explorar las múltiples formas en que el "ser" de la gerencia pública puede ser interpretado cuando se le observa desde
una óptica que
integra, a su vez, la complejidad
del sistema y la brújula moral de sus actores.
Para
lograrlo, este análisis intelectual se organizará de la siguiente forma.
Primero, se analizaron los cimientos de la gestión desde el enfoque transcomplejo, investigando sus raíces y principios
fundamentales. Luego, se trató la dimensión axiológica, no como un añadido,
sino como un eje central que cuestiona y enriquece la práctica gerencial.
Finalmente, desde esta perspectiva inclusiva, se llevó a cabo un análisis
crítico de las implicaciones y resonancias de este intercambio teórico para la
comprensión del fenómeno gerencial en el núcleo de las instituciones públicas
venezolanas, abriendo así nuevas avenidas para la reflexión académica en un
ámbito que demanda, de manera urgente, nuevas formas de ser concebido.
Desarrollo
Diálogos entre Transcomplejidad
y Axiología
El
pensamiento transcomplejo no es solo un ejercicio
académico; es, sobre todo, una actitud hacia el mundo. Es una invitación a
dejar atrás la tranquilidad de las certezas para acoger la abundancia de lo
desconocido. Consideremos la sugerencia de autores que han trazado este sendero
en el ámbito latinoamericano, como lo señala Villegas (2010, 45), quien nos
habla “de una racionalidad integradora que trasciende las fronteras
disciplinares”. Desde su perspectiva, la gerencia no puede seguir operando
desde una lógica fragmentada, la realidad, especialmente la del sector público
venezolano, es un tejido denso, un sistema donde lo económico, lo social, lo
político y lo cultural no son cajas separadas, sino hilos entrelazados de una
misma trama. En una línea similar, las reflexiones de Balza
(2011) y Schavino (2016, 34) nos
instan,
A romper con la lógica disyuntiva del "o esto o
aquello", que ha caracterizado al pensamiento gerencial clásico. Ellos
proponen, en cambio, una complementariedad dialógica, un pensamiento del
"y". De este modo, la eficiencia y la humanidad, la
norma y la flexibilidad, el orden y el caos
creativo no son opuestos a anular, sino polaridades a integrar.
Así, la transcomplejidad
nos presenta un mapa de la realidad que es más fiel al territorio: un mapa con diversas
entradas, sin un único centro, lleno de caminos que se
dividen y vuelven a unirse. Sin
embargo, y aquí se encuentra el aspecto fundamental de nuestro estudio, ¿qué
hacemos con ese plano? ¿Es suficiente con explicar el laberinto? Francamente,
no. Un mapa sin rumbo, sin una dirección, solo confirma que estamos
desorientados.
Es
justo en este punto donde la axiología se presenta, y lo hace con una
contundencia aplastante. No se manifiesta como un código de conducta estricto o
un manual de modales, sino como la guía interna que dirige la acción dentro de
ese mapa complicado. La axiología nos lleva a cuestionar: ¿Administrar para
qué? ¿Decidir en nombre de quién? ¿Con qué objetivo actuar? Si la transcomplejidad explica la naturaleza del mundo
(interconectado, incierto, paradójico), la axiología revela el porqué y el para
qué de nuestra acción en él.
En
tal sentido, el verdadero poder de este enfoque reside, entonces, en
el diálogo que se teje entre ambos paradigmas, no es una simple suma;
es una simbiosis que transforma la naturaleza de la praxis gerencial. Por consiguiente, la gerencia tradicional,
hija del positivismo, busca la solución técnica, eficiente y “correcta”. La transcomplejidad, como nos enseñan Balza y Schavino, evidencia que dicha solución singular raramente
se encuentra. En su lugar, existe una variedad de opciones, cada una con sus propias
contradicciones y consecuencias inesperadas. En este momento, la axiología
juega un papel importante. La elección gerencial pasa de ser un cálculo técnico
a ser un acto de evaluación ética y mesurada. Consiste en manejar las tensiones
ineludibles, entre la eficiencia económica y la justicia social, entre la
inmediatez del corto plazo y la sostenibilidad del largo plazo, orientado por
principios como el bien común, la equidad y la dignidad humana.
Desde
esta perspectiva, la figura del gerente se resignifica profundamente. Ya no es
el ingeniero social que controla las variables de un sistema predecible.
Inspirados en Villegas, podemos verlo más como un intérprete o un “tejedor
de sentidos”. Su labor consiste en dialogar con la complejidad del entorno,
escuchar las múltiples voces del sistema (ciudadanos, trabajadores, otras
instituciones) y, a través de ese diálogo, construir cursos de acción que sean,
a la vez, sistémicamente inteligentes y axiológicamente responsables. Es una
labor artesanal, casi poética, en medio de la turbulencia.
Asimismo, este diálogo redefine la
responsabilidad. En un modelo simple, ser responsable es seguir la norma al pie
de la letra. Pero ¿qué pasa cuando la norma es insuficiente o entra en
conflicto con un valor superior, como la vida o el bienestar de la comunidad?
La transcomplejidad nos confirma que estos dilemas
son la norma, no la excepción. Por tanto, la responsabilidad se manifiesta en
la capacidad de sostener una postura ética en medio de la ambigüedad, de tomar
decisiones sabiendo que no se controlan todas las consecuencias, pero asumiendo
el compromiso ético que las fundamenta.
En
definitiva, poner a dialogar a la transcomplejidad
con la axiología es un acto de rebeldía intelectual contra la simplificación
gerencial. Es afirmar que para comprender la praxis gerencial pública en
Venezuela no basta con analizar sus estructuras; es imperativo iluminar el alma
de sus decisiones, esa brújula de valores que, incluso en la más densa de las
neblinas, es lo único que puede señalar un horizonte de sentido.
Praxis Gerencial Pública En
Venezuela
Mencionar
la práctica gerencial en el ámbito público venezolano es contar la historia de
un funámbulo sobre un cable tenso, sin protección y con un viento que
continuamente modifica su rumbo. Es una labor que se realiza, diariamente, en
los límites de lo factible, donde los libros de gestión tradicionales se
muestran no solo anticuados, sino también inocentes. Para entenderla, no es
suficiente con narrarla; se requiere indagar en sus orígenes históricos y
examinar las influencias que la configuran en la actualidad.
Esta
cultura gerencial hunde sus raíces en lo que sociólogos como Sonntag (2001, 76) “han analizado a profundidad: el ADN del
Estado rentista”. Durante años, el Estado venezolano no se estableció como un
impulsor de la producción, sino principalmente como un repartidor de la renta
petrolera. Según el autor, esta matriz histórica impregnó la administración
pública con una lógica centralizada y clientelar, donde el éxito en la gestión
se evaluaba frecuentemente más por la habilidad para acceder y distribuir
recursos que por la innovación o la eficiencia. Así, la práctica se adaptó a
funcionar dentro de un paradigma de abundancia relativa y dependencia de una
sola fuente, una situación que se ha desmoronado abruptamente.
Ahora bien, sobre esa herencia
histórica se superpone un presente de crisis multidimensional. Como ha
documentado extensamente la politóloga López Maya (2016, 76), “el
debilitamiento progresivo de la institucionalidad formal ha creado un vacío
normativo”. De este modo, las reglas del juego se han vuelto ambiguas,
volátiles y, en muchos casos, sujetas a la discrecionalidad política. En este
contexto, el gerente público no solo enfrenta una escasez material abrumadora,
sino una profunda incertidumbre normativa. La cuestión ahora no es solo
"¿cómo logro más con menos?", sino "¿qué normas sigo cuando las
reglas formales son insuficientes o han dejado de ser efectivas?". Es en
esta intersección donde la práctica directiva asume sus características más
singulares y, a la vez, más transcomplejas.
A
su vez, la planificación a largo plazo se convierte en un lujo casi
inalcanzable. De tal modo, la praxis se vuelca hacia el día a día, hacia lo que
popularmente se conoce como “apagar fuegos”. Es, en esencia, una gerencia de la
sobrevivencia. Sin embargo, sería un error ver esto solo como un defecto. En
esta lucha constante, como bien podrían interpretar Balza o Schavino,
emergen formas de creatividad y resolución de problemas no lineales. El gerente
debe tejer redes informales, buscar recursos en lugares inesperados y aplicar
una “complementariedad dialógica” forzada por las circunstancias: combinar la
norma oficial con la solución práctica, el procedimiento burocrático con la
urgencia humana.
En
este orden de ideas, la praxis gerencial pública nunca es políticamente neutra,
pero en el contexto venezolano actual, esta dimensión se exacerba. Las
decisiones, desde la asignación de un recurso básico hasta la implementación de
un pequeño programa, pasan a través de un filtro ideológico y de lealtades
políticas. Por tanto, el gerente se ve forzado a desarrollar una habilidad para
navegar estas aguas turbulentas, buscando un equilibrio precario entre la
racionalidad técnica que exige su cargo y la racionalidad política que le
impone el entorno.
Es
importante reflexionar que, en situaciones donde los recursos materiales son
prácticamente nulos y las normas formales son vagas o no se pueden aplicar,
¿qué opciones tiene el gerente? Le queda su ámbito axiológico. La decisión se
desplaza del ámbito técnico-administrativo al ámbito ético-personal. La
cuestión “¿cuál es el procedimiento?” se sustituye por “¿qué debo hacer aquí y
ahora, con lo que tengo, para el bien de esta comunidad?”. La práctica se
transforma en un terreno de confrontación ética permanente, donde principios
como la solidaridad, la justicia, la responsabilidad y la integridad no son
meros elementos decorativos de un código deontológico, sino instrumentos
dinámicos de gestión y, muchas veces, el único recurso genuino disponible.
En
definitiva, la praxis gerencial pública en Venezuela es la encarnación de la transcomplejidad que Villegas (2010, 23) describe, “es
incierta, interconectada, paradójica y exige una racionalidad integradora”.
Analizarla exclusivamente desde la eficiencia o el cumplimiento de metas es no
entender nada. Para comprenderla, es imperativo observarla como un acto de
resistencia creativa y un ejercicio ético en condiciones extremas, un diálogo
constante y agotador entre lo que se debe hacer, lo que se puede hacer y lo que
es correcto hacer.
METODOLOGÍA
Toda investigación es, en esencia,
un viaje, y todo viaje requiere un mapa que guíe nuestros pasos, no para
predecir el destino exacto, sino para asegurar que caminamos con propósito y
coherencia. Este apartado delinea la cartografía conceptual de esta
investigación, el camino metodológico seleccionado para investigar los
intercambios entre transcomplejidad y axiología en la
interpretación de la praxis gerencial. La esencia abstracta y contemplativa de
nuestro objeto de estudio demanda un enfoque que priorice la profundidad, la
interpretación y el significado, distanciándose de cualquier intento de
medición o cuantificación.
Paradigma
Este estudio se ancló firmemente en
el paradigma interpretativo. A diferencia del paradigma positivista, que busca
explicar y predecir fenómenos desde una realidad objetiva y externa, el enfoque
interpretativo, como bien lo postula Martínez (2006, 27), se sumerge en la
comprensión de la realidad como una construcción social y simbólica, argumenta
que “el objetivo de las ciencias humanas no es establecer leyes universales,
sino comprender la significación de los fenómenos".
El análisis de esta cita es
esclarecedor para la investigación. No pretendemos establecer "La
Teoría" final de la gerencia transcompleja; el
objetivo es comprender los significados que surgen cuando dos marcos teóricos (transcomplejidad y axiología) dialogan. Se considera que la
"praxis gerencial" no es un elemento inalterable en espera de ser
evaluado, sino un documento dinámico, repleto de intenciones, valores y
contextos, que debe ser analizado e interpretado. Este paradigma nos permite
apreciar la subjetividad, la reflexión y el diálogo como fuentes válidas de
conocimiento.
Enfoque
Derivado
lógicamente del paradigma interpretativo, el presente trabajo adopta un enfoque
cualitativo. La investigación cualitativa, conforme a la definición clásica de
Strauss y Corbin (2002, 11), se entiende como
"cualquier forma de investigación que genera descubrimientos que no se
obtienen a través de métodos estadísticos u otros métodos de
cuantificación". Los autores destacan que su fortaleza reside en su
habilidad para tratar la complejidad de los fenómenos sociales en su contexto
natural.
Al
aplicar esta idea, queda claro por qué un enfoque cualitativo es el único
camino viable. ¿Cómo podríamos “cuantificar” un diálogo teórico? ¿O medir
numéricamente la “dimensión axiológica” de una decisión gerencial en un
contexto de crisis? Sería un absurdo metodológico. En cambio, el enfoque
cualitativo nos permite trabajar con el material esencial de este estudio:
conceptos, argumentos, teorías y narrativas. Nos permite sumergirnos en la
riqueza semántica de los textos para descubrir patrones, tensiones y síntesis
emergentes, algo que un enfoque cuantitativo jamás podría capturar.
Tipo de Investigación
El
tipo específico que da cuerpo a este estudio es el de una investigación
documental, con un fuerte acento bibliográfico. El reconocido metodólogo Arias
(2012, 27), define la investigación documental como "un proceso basado en
la búsqueda, recuperación, análisis, crítica e interpretación de datos
secundarios, es decir, los obtenidos y registrados por otros investigadores en
fuentes documentales". Por lo tanto, lejos de ser una mera recopilación de
citas, esta elección es una postura deliberada, adoptar un
diseño
documental nos permite centrar toda
nuestra energía en la arquitectura conceptual. La materia prima de este trabajo
no son personas ni eventos de campo, sino textos: libros, artículos
científicos, ensayos y tesis doctorales que constituyen el corpus de conocimiento
sobre la transcomplejidad, la axiología y la gerencia
pública venezolana. De este modo, la investigación se convierte en una
construcción teórica a partir de otras construcciones teóricas, buscando crear
un metatexto que aporte una nueva luz interpretativa.
Técnicas de Recolección
El proceso de construcción se
desarrolló en dos fases interconectadas: La primera etapa consistió en un
arqueo bibliográfico sistemático. No se trató de una búsqueda aleatoria, sino
de una exploración intencionada guiada por descriptores clave: "transcomplejidad", "pensamiento complejo",
"gerencia pública", "axiología", "ética pública",
"crisis institucional" y "Venezuela". Se consultaron bases
de datos académicas (Redalyc, Scielo, Google Scholar)
y repositorios universitarios.
A
su vez, la técnica principal para la recolección fue el fichaje. Cada fuente
relevante (textos de Villegas, Balza, Schavino, Sonntag, López Maya, entre otros) fue procesada mediante
fichas de contenido que no solo resumían las ideas centrales, sino que incluían
parafraseo, citas textuales directas y, muy importante, un apartado para las
notas analíticas preliminares. Este espacio para la reflexión inicial fue el
germen del posterior análisis.
El Análisis de Contenido Hermenéutico
Una
vez completado el corpus documental, se avanzó a la fase de análisis. Se
utilizó la técnica del análisis de contenido cualitativo con un enfoque
principalmente hermenéutico. La hermenéutica, en su función de arte y ciencia
interpretativa, intenta entender un texto en su totalidad a partir de sus
elementos, y, al mismo tiempo, entender los elementos considerando el conjunto.
Se conoce como el "círculo hermenéutico", un movimiento continuo
entre el pormenor y la visión global. Este examen se realizó en tres etapas:
a)
Categorización Abierta: Se realizó una lectura profunda de las fichas y los
textos originales para identificar y
etiquetar las categorías conceptuales recurrentes y emergentes. Categorías como
"racionalidad integradora", "incertidumbre normativa",
"ética de la urgencia" o "diálogo de saberes" surgieron
directamente de este proceso.
b)
Triangulación de Autores: Este fue el corazón del "diálogo".
En lugar de presentar a cada autor por separado, se les puso a conversar. Por
ejemplo, se tomó el concepto de "complementariedad" de Balza y se le
confrontó con el análisis de la "crisis institucional" de López Maya,
preguntando: ¿cómo se manifiesta esa complementariedad en una praxis gerencial
dentro de un marco institucional debilitado? Esta técnica permitió generar
tensiones y sinergias que no son evidentes en los textos por separado.
c)
Síntesis Interpretativa: Finalmente, se procedió a tejer las categorías
y los diálogos triangulados en una narrativa coherente y argumentada. El
resultado no es un resumen de lo que otros han dicho, sino una nueva
interpretación, una síntesis que articula la transcomplejidad
como marco de comprensión y la axiología como brújula de sentido para entender
la compleja praxis gerencial pública venezolana.
RESULTADOS
El recorrido a través de la literatura especializada nos ha
permitido no solo recopilar información, sino fundamentalmente, construir
puentes y tejer conexiones. Los hallazgos de esta investigación documental no
son descubrimientos de hechos nuevos, sino el surgimiento de una nueva
comprensión a partir del diálogo crítico entre paradigmas. A continuación, se
desglosan los resultados estructurados según los objetivos de este estudio.
El primer hallazgo fundamental de este estudio es que la transcomplejidad, más que un modelo de gestión es
una epistemología para la acción en entornos turbulentos. Los aportes de
los autores venezolanos que han liderado esta reflexión son cruciales para
desmitificarla y hacerla operativa para el análisis. Villegas (2010), en su
obra pionera, nos sacude al proponer una “racionalidad integradora”. Su
argumento central es que la fragmentación del conocimiento, herencia del
positivismo, es incapaz de aprehender una realidad que opera en red. Nos dice
que es imperativo “trascender las fronteras disciplinarias” para construir una
visión más holística.
Analizando esta propuesta, se comprende que el gerente público
venezolano no enfrenta problemas “económicos”, “sociales” o “políticos” de
forma aislada; enfrenta nudos problemáticos donde todas estas
dimensiones están inextricablemente unidas. La transcomplejidad,
en consecuencia, valida la necesidad de un gerente que actúe como un estratega
de sistemas y no como un experto en silo. Igualmente, las investigaciones de
Balza y Schavino presentan el fundamento de la
complementariedad dialógica. Por si parte, Schavino
(2016, 45) “lo articula como un "pensamiento del y que sustituye al
pensamiento del o”. Esta idea, aparentemente simple, es revolucionaria, implica
que la praxis gerencial no debe verse como una elección constante entre
opuestos irreconciliables (la norma vs. la necesidad; la eficiencia vs. la
humanidad; el control vs. la autonomía). En cambio, el gerente transcomplejo es aquel que aprende a sostener la
tensión entre estas polaridades, buscando síntesis creativas. La gerencia se
convierte en un arte de la navegación entre paradojas.
Así, el resultado fundamental de este primer análisis es
que la perspectiva transcompleja proporciona al
investigador y al propio gerente un nuevo lenguaje y un mapa cognitivo. Deja de
lado la búsqueda de la “respuesta correcta” y en su lugar, busca la “acción
sensata ante la incertidumbre”. El gerente ha dejado de ser un mero ejecutor de
fórmulas, convirtiéndose en un analista de la complejidad, un constructor de
oportunidades en un entorno dinámico.
Del mismo modo, el segundo hallazgo clave es que, en un contexto
de alta incertidumbre y debilitamiento institucional como el venezolano, la
dimensión axiológica deja de ser un componente decorativo o un mero código de
ética para convertirse en el eje operativo central de la praxis gerencial.
Este análisis se apoya en el clásico dilema planteado por Weber
(1919) entre la “ética de la convicción” y la “ética de la responsabilidad”.
El gerente público vive atrapado en esta encrucijada: su convicción puede
dictarle actuar según un ideal de servicio público, pero la ética de la
responsabilidad le exige considerar las consecuencias, a menudo imprevisibles,
de sus actos en un sistema caótico. Lo que este estudio revela es que la praxis
gerencial venezolana no puede optar por una sobre la otra; debe integrarlas en
un juicio prudencial constante.
Más aún, al poner esto en diálogo con
pensadores latinoamericanos como Dussel (2011) y su “ética de la
liberación”, la axiología adquiere una dirección clara. Dussel argumenta que
toda ética debe partir de la afirmación de la vida del “otro”, especialmente de
la víctima del sistema. Aplicado a nuestro caso, la pregunta axiológica
fundamental para el gerente público no es “¿estoy cumpliendo la norma?”,
sino “¿mi decisión afirma o niega la vida y la dignidad de los ciudadanos
a los que sirvo?”.
Este enfoque dota a la praxis de un norte ético ineludible,
transformando cada acto administrativo en un acto con profundas consecuencias
humanas. El resultado de este apartado señala que la axiología no es un
apéndice de la gerencia, sino su núcleo fundamental en contextos de crisis.
Cuando las estructuras externas (normas, recursos, procedimientos) fallan, la
estructura interna (los valores, los principios éticos) se convierte en la
principal tecnología de gestión. La decisión gerencial se revela no como un
acto técnico, sino como un profundo acto moral. El hallazgo final y más
significativo de esta investigación emerge de la síntesis de los dos
puntos anteriores. Es en el diálogo crítico entre la cartografía transcompleja y la brújula axiológica donde se forja una
perspectiva teórica renovada para comprender el fenómeno gerencial en
Venezuela.
A su vez, la primera implicación es la redefinición del “éxito”
gerencial. En un marco donde los indicadores de gestión tradicionales
(eficiencia, cumplimiento de metas cuantitativas) son inaplicables o absurdos,
el éxito debe ser reinterpretado. Desde la perspectiva integradora que hemos
construido, un gerente "exitoso" no es quien cumple un plan
inexistente, sino quien logra, por ejemplo, generar una isla de orden y
sentido en medio del caos; quien consigue articular una solución local a un
problema urgente usando recursos impensados; o quien, con su accionar, mantiene
viva la confianza de una comunidad en lo público. El éxito se traslada del
plano de la eficacia al plano de la legitimidad y la resiliencia ética.
En este sentido, la segunda implicación es la aparición del
gerente como "bricoleur" moral. El concepto
"bricolage", introducido por Lévi-Strauss,
se refiere a aquel que utiliza las herramientas disponibles, combinándolas de
manera creativa. El gerente público en Venezuela es un experto en
improvisación: toma un fragmento de una antigua legislación, lo mezcla con una red de relaciones informales, lo
infunde con su
propio sentido ético y
crea una solución frágil pero operativa. Esta práctica, observada externamente,
puede parecer caótica o "poco profesional", pero desde la perspectiva
transcompleja-axiológica, se manifiesta como un acto
de enorme complejidad y creatividad adaptativa.
En última instancia, el diálogo teórico propuesto en esta
investigación abre un camino para pensar la gerencia pública venezolana no
desde sus carencias, sino desde sus potencias ocultas. Nos permite dignificar
una praxis que, a menudo, es juzgada con varas que no le corresponden. El
resultado final no es una propuesta de intervención, sino algo quizás más
fundamental: un marco conceptual que permite comprender, valorar y
reflexionar sobre el quehacer de aquellos que, día a día, intentan tejer
sentido y posibilidad en el corazón de la incertidumbre institucional.
DISCUSIÓN DE LOS
HALLAZGOS
Este estudio no se propuso ofrecer un remedio, sino encender una
luz. El objetivo nunca fue trazar una ruta de salida para la gerencia pública
venezolana, sino, más humildemente, iluminar el territorio que sus actores
transitan cada día. Los hallazgos presentados, producto del diálogo entre la transcomplejidad y la axiología, nos invitan ahora a una
reflexión más profunda: ¿Qué significan realmente estas ideas? ¿Cómo alteran
nuestra forma de mirar el fenómeno? Y, ¿hacia dónde nos señalan?
El eco fundamental que se escucha después de este análisis es
que la práctica gerencial en el contexto actual de Venezuela va más allá de la
simple administración. Es, en su núcleo, un gesto de resistencia. Por un lado,
se trata de una resistencia epistémica: se opone a ser entendida a través de
los modelos lineales y simplificados de la gestión clásica. Los postulados de
Villegas (2010) y Schavino (2016) sobre la
racionalidad integradora y la complementariedad no son, por tanto, meras
abstracciones teóricas; son la descripción exacta de la lógica operativa que un
gerente debe adoptar para no naufragar. El gerente que sobrevive y genera valor
en este entorno es aquel que ha aprendido, intuitiva o conscientemente, a
pensar en redes, a danzar con la paradoja y a construir con los fragmentos
disponibles.
Por otro lado, y quizá de forma más crucial, es una resistencia
ética. En un sistema donde las estructuras formales se han vuelto frágiles,
como bien documenta López Maya (2016), “la tentación del cinismo o del “sálvese
quien pueda” es inmensa”. Sin embargo, este estudio argumenta que es
precisamente la dimensión axiológica la que permite que la praxis no se degrade
en una mera lucha por el poder o los recursos. La brújula ética, orientada por
un valor supremo como la “afirmación de la vida del otro” que propone Dussel
(2011), “se convierte en el ancla que impide que la gestión se deshumanice por
completo. La discusión, entonces, no puede centrarse en si estos gerentes son
"eficientes" según métricas obsoletas, sino en la calidad ética de su
resistencia diaria”.
Es crucial, sin embargo, reconocer las fronteras de esta
investigación. Su fortaleza es también su principal limitación: es un estudio
documental, un espejo teórico. Reorganiza y reflexiona sobre las ideas
presentes en la literatura, pero no reproduce de manera directa el "ruido
y la furia" de la experiencia experimentada. Las inquietudes, las voces,
las pequeñas satisfacciones y las frustraciones diarias de los directores
públicos no están en este documento, sino en los corredores de las entidades.
Por tanto, este trabajo no debe leerse como un retrato fiel de
la realidad, sino como un marco de interpretación para futuros retratos ofrece
un lenguaje y una estructura para mirar, pero no es la mirada misma. La
validación última de este diálogo teórico no reside en su coherencia interna, que
se ha procurado con rigor, sino en su capacidad para resonar con la experiencia
de aquellos que están en la trinchera y para inspirar nuevas investigaciones
que sí vayan al terreno.
Así que las repercusiones para el ámbito académico, en
particular para las facultades de gestión y administración pública, son
significativas. Es necesario replantear de manera profunda cómo se imparte y se
valora la "buena gestión". Es fundamental crear marcos de análisis
que reconozcan la creatividad adaptativa, la resiliencia ética y la habilidad
de generar legitimidad en situaciones de alta precariedad, lo que implica
trascender los indicadores de gestión (KPIs) y
explorar metodologías cualitativas que reflejen la complejidad del juicio
prudencial.
En el mismo sentido, la formación de futuros gerentes públicos
no puede seguir basándose en la transmisión de modelos deterministas. Se debe
educar para la incertidumbre, fomentando habilidades como el pensamiento
sistémico, la deliberación ética, el diálogo de saberes y la inteligencia
emocional. Se trata de formar "bricoleurs"
éticos, no solo técnicos eficientes. De tal modo que, este estudio deja la
conversación abierta. El diálogo entre transcomplejidad
y axiología se revela como un camino fértil, no para encontrar respuestas
definitivas, sino para aprender a formular mejores preguntas. Y en un campo tan
necesitado de reflexión como la gerencia pública venezolana, formular la
pregunta correcta es, a menudo, el primer y más importante paso hacia la comprensión
y, eventualmente, hacia la transformación.
CONCLUSIONES
Al final de este recorrido intelectual, emerge
una conclusión central, una que busca no tanto sentenciar como dignificar. Este
estudio documental concluye que el diálogo teórico entre la transcomplejidad
y la axiología ofrece un marco de comprensión radicalmente nuevo para la praxis
gerencial pública venezolana, permitiendo reinterpretarla no como una crónica
de fracasos, sino como una compleja y admirable narrativa de resistencia
ética y creatividad adaptativa. Para llegar a esta aseveración central, se han
cristalizado las siguientes conclusiones específicas:
1.
Se establece que la perspectiva transcompleja,
elaborada por autores como Villegas, Balza y Schavino,
es mucho más que una tendencia pasajera; es el único plano sincero para un
ámbito en perpetuo cambio. Prueba que la incertidumbre, la interconexión y la
paradoja no son irregularidades que resolver, sino las condiciones
fundamentales de la administración pública en Venezuela. Así, cualquier
análisis que pase por alto esta realidad y evalúe la praxis con criterios
simplistas y lineales está, desde el principio, destinado a la incomprensión.
2.
Sin estructuras, la ética se transforma en estructura. Se ha
evidenciado que la dimensión axiológica no es un mero adorno ni un añadido
moralista, sino la guía esencial en medio de la confusión institucional. Cuando
las reglas son vagas y no hay recursos, la decisión gerencial pierde sus
adornos técnicos y se muestra en su forma más genuina: un juicio de valor. Se determina que el recurso más valioso
de un gerente público en esta situación no es su experiencia
técnica, sino la fortaleza de su estructura ética y su dedicación a principios
como la justicia, la solidaridad y la dignidad humana.
3.
La praxis gerencial es un acto de "bricolage"
ético. Finalmente, y como síntesis culminante, este trabajo concluye que
la verdadera comprensión del fenómeno emerge al superponer el mapa transcomplejo con la brújula axiológica. La figura que
surge de este cruce es la del gerente como un "bricoleur"
ético: un artesano que, con los fragmentos de normas, los escasos recursos y
las redes informales que tiene a mano, no solo "resuelve" problemas,
sino que teje sentido y construye comunidad. Su éxito no se mide en
indicadores de eficiencia, sino en su capacidad para sostener la esperanza y la
funcionalidad mínima en un sistema al borde del colapso.
La principal aportación de esta investigación
documental no reside, por tanto, en una propuesta de intervención, sino en algo
previo y quizás más fundamental: la construcción de una nueva lente
interpretativa. Es una invitación a la academia, a los propios gerentes y a la
sociedad en general, a cambiar la pregunta. En lugar de preguntar "¿Por
qué la gestión pública no funciona como debería?", este estudio invita a
preguntar: "¿Cómo, a pesar de todo, sigue funcionando? ¿Qué actos de inteligencia
y coraje ético lo hacen posible cada día?". Porque en contextos donde la
esperanza es un recurso escaso, comprender y valorar los pequeños actos de
resistencia ética que sostienen lo público no es solo un ejercicio académico;
es un acto de afirmación de lo humano.
REFERENCIAS
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Introducción a la metodología científica (6ª ed.). Editorial Episteme.
Balza, Antonio. (2011). La transcomplejidad: Una nueva visión del conocimiento. Revista
de Investigación, 35(73), 133-151.
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López Maya, Margarita. 2016. El ocaso del chavismo:
Venezuela 2005-2015. Editorial Alfa.
Martínez Miguélez, Miguel. 2006. Ciencia
y Arte en la Metodología Cualitativa. Editorial Trillas.
Schavino, Nelson. 2016. La investigación y la
gerencia desde la perspectiva transcompleja.
Fondo Editorial de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (FEDUPEL).
Sonntag, Heinz. 2001. El Estado Mágico y la ruina: De la
Venezuela Saudita a la Quinta República. En H. Sonntag
y T. Maingon (Coords.),
Venezuela: La crisis y sus actores. Nueva Sociedad.
Strauss, Anselm, y Corbin, Juliet.
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desarrollar la teoría fundamentada. Editorial Universidad de Antioquia.
Villegas González, Crisálida Victoria.
(2010). La investigación: Un enfoque integrador transcomplejo.
Fondo Editorial de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (FONET).
Weber, Max. (1919/2007). La política
como vocación. Alianza Editorial.