Ecoproducción Familiar como Núcleo de Resiliencia Económica y Social

Autor: Dr. Miguel Antonio Borjas Barrios

Subdirector Académico de la UNESR-Apure.

Correo: borjasbarrios@gmail.com

Código ORCID:  https://orcid.org/0000-0003-3370-5886

Línea de Investigación: Currículo, Formación e Innovación Pedagógica

 

Como citar este artículo: Miguel Antonio Borjas Barrios “Ecoproducción Familiar como Núcleo de Resiliencia Económica y Social” (2025), (1,19)

Recibido: 10/05/2025       Revisado: 25/05/2025        Aceptado: 01/06/2025

           

RESUMEN

El objetivo de este estudio fue analizar la ecoproducción familiar como un núcleo de resiliencia económica y social, destacando su capacidad para promover la autonomía económica, fortalecer la cohesión social y fomentar la sostenibilidad ambiental en comunidades rurales y urbanas. Se utilizó un enfoque cualitativo con un paradigma documental y bibliográfico, basado en la revisión de fuentes secundarias, como libros, artículos académicos y estudios previos sobre la ecoproducción familiar y sus implicaciones en la resiliencia. El método de investigación fue documental, y los datos se recolectaron mediante fichas bibliográficas y plantillas de análisis de contenido, permitiendo la clasificación y organización de la información. El análisis se realizó mediante la técnica de análisis de contenido. El análisis reveló que la ecoproducción familiar fortalece la resiliencia económica al permitir que las familias sean autosuficientes, reduciendo su dependencia de los mercados externos. Además, la resiliencia social se ve impulsada por la cooperación y las redes de apoyo dentro de las comunidades. En cuanto a la sostenibilidad ambiental, se encontró que la ecoproducción contribuye significativamente a la conservación de los recursos naturales mediante prácticas agrícolas sostenibles. La ecoproducción familiar, al integrar aspectos económicos, sociales y ambientales, ofrece una solución integral para la resiliencia comunitaria. La capacidad de adaptación económica y la cooperación social son esenciales para enfrentar los desafíos globales, mientras que la sostenibilidad ambiental asegura la viabilidad a largo plazo de este modelo. El autor concluyó que, la ecoproducción familiar es clave para fortalecer la resiliencia económica, social y ambiental. Se recomienda promover políticas públicas que faciliten el acceso a recursos educativos y tecnológicos, y fomentar la cooperación entre comunidades para mejorar la eficacia del modelo.

Descriptores: Ecoproducción, familiar, resiliencia, económica, social.

Reseña Biográfica:  Ingeniero Agrónomo de producción área de producción Animal. Magister en educación Robinsoniana. Magister en educación mención investigación educativa. Philosophiae Doctor en Ambiente y Desarrollo.

 

 

Family Eco-Production as a Core of Economic and Social Resilience

 

Author: Miguel Antonio Borjas Barrios, Dr.

 Academic Deputy Director of UNESR-Apure.

Email: borjasbarrios@gmail.com

ORCID Code: https://orcid.org/0000-0003-3370-5886

Line of Research: Curriculum, Training and Pedagogical Innovation

 

How to cite this article: Miguel Antonio Borjas Barrios “Family Eco-production as a Core of Economic and Social Resilience” (2025), (1,19)

Received: 05/10/2025          Revised: 05/25/2025         Accepted: 06/01/2025

 

ABSTRACT

The objective of this study was to analyze family eco-production as a core of economic and social resilience, highlighting its capacity to promote economic autonomy, strengthen social cohesion, and foster environmental sustainability in rural and urban communities. A qualitative approach was used with a documentary and bibliographic paradigm, based on the review of secondary sources, such as books, academic articles, and previous studies on family eco-production and its implications for resilience. The research method was documentary, and data were collected using bibliographic records and content analysis templates, allowing for the classification and organization of information. The analysis was conducted using content analysis. The analysis revealed that family eco-production strengthens economic resilience by enabling families to become self-sufficient, reducing their dependence on external markets. Furthermore, social resilience is boosted by cooperation and support networks within communities. Regarding environmental sustainability, it was found that eco-production contributes significantly to the conservation of natural resources through sustainable agricultural practices. Family eco-production, by integrating economic, social, and environmental aspects, offers a comprehensive solution for community resilience. Economic adaptability and social cooperation are essential to addressing global challenges, while environmental sustainability ensures the long-term viability of this model. The author concluded that family eco-production is key to strengthening economic, social, and environmental resilience. It is recommended that public policies be promoted to facilitate access to educational and technological resources and that cooperation between communities be fostered to improve the model's effectiveness.

Keywords: Eco-production, family, resilience, economic, social

Biographical Summary: Agricultural Engineer in the Animal Production Area. Master's degree in Robinsonian education. Master's degree in education with a focus on educational research. Philosophiae. Doctorate in Environment and Development.

 

 

 

INTRODUCCIÓN

          La ecoproducción familiar, como modelo de organización productiva, se erige hoy no solo como una respuesta a las demandas del mercado, sino como un pilar fundamental para la resiliencia económica y social en contextos rurales y urbanos. En un mundo marcado por la incertidumbre, los retos ambientales y la creciente desigualdad, las familias que optan por este tipo de producción encuentran una vía efectiva para sostenerse y prosperar, utilizando los recursos de manera responsable y sostenible.

          Este estudio busca profundizar en la ecoproducción familiar como un núcleo de resiliencia económica y social, analizando sus características desde una perspectiva documental y bibliográfica. De esta manera, exploro cómo, a través de pequeñas productivas, las familias logran tejer redes de apoyo mutuo y construir acciones un modelo económico inclusivo y sustentable. No se trata únicamente de una producción agrícola o artesanal, sino de una integración de saberes ancestrales con prácticas innovadoras que refuerzan la identidad comunitaria y promueven la autonomía local.

          De igual manera, este estudio no solo se enfoca en los aspectos técnicos de la ecoproducción, sino que resalta las dimensiones sociales que rodean estos procesos. En este contexto, se analizó de qué manera la ecoproducción impacta en la cohesión social, en el establecimiento de vínculos de confianza y solidaridad, y en la revalorización de los recursos naturales, aspectos fundamentales para que las familias logren sobreponerse a las crisis y asegurar su bienestar.

Por otro lado, cabe considerar que este modelo es también una respuesta directa a las dinámicas de consumo masivo y la dependencia de sistemas productivos insostenibles. Es por ello por lo que, al analizar sus impactos, se visibiliza el potencial transformador de la ecoproducción familiar, no solo desde la economía, sino también desde la educación y el empoderamiento de las comunidades. Desde esta perspectiva, se plantea que la ecoproducción familiar no solo actúa como un recurso económico, sino como una estrategia que incide en la construcción de un futuro más equilibrado y justo. De este modo, la resiliencia económica y social que promueve la ecoproducción familiar no es un concepto aislado, sino que está estrechamente vinculada a la capacidad de las familias de

 

adaptarse y prosperar en un entorno cambiante. En el análisis que sigue, se pretende dar cuenta de cómo este modelo se consolida, no solo como una solución económica, sino como un referente de desarrollo humano, comunitario y ambiental.

 

Desarrollo

 

Ecoproducción Familiar

La ecoproducción familiar se refiere a la práctica de producir bienes y servicios de manera ecológica, respetando los principios de la sostenibilidad, dentro de un marco familiar o comunitario. Este modelo de producción tiene como objetivo no solo generar recursos económicos, sino también contribuir al bienestar social y ambiental de las comunidades, favoreciendo la autonomía y resiliencia local. Según Martínez y García (2018, 34), la ecoproducción familiar “es un proceso integral que permite a las familias gestionar sus recursos de manera eficiente y sostenible, al mismo tiempo que refuerzan sus lazos comunitarios y mantiene una relación armónica con el medio ambiente”. Para estos autores, la ecoproducción familiar se puede concebir como una opción viable en contraposición a los sistemas de producción industrial que requieren insumos externos y provocan efectos negativos en el medio ambiente.

La declaración subraya que la ecoproducción familiar no solo produce un beneficio económico inmediato, sino que también refuerza la habilidad de las comunidades para adaptarse a situaciones de crisis. Esta habilidad de resiliencia es fundamental en un entorno global donde las variaciones climáticas y las crisis económicas pueden provocar vulnerabilidad. Este enfoque impulsa la autonomía financiera, facilita la gestión independiente de recursos y alienta el cuidado del medio ambiente. La ecoproducción familiar se establece como un recurso eficiente para reducir la vulnerabilidad de las familias frente a crisis económicas y ambientales, al incorporar prácticas sostenibles que mejoran la autonomía económica y promueven la cohesión social.

Resiliencia Económica

La   resiliencia   económica se define como la habilidad de un sistema económico,

 

en este contexto, el familiar, para ajustarse y recuperarse ante circunstancias desfavorables como crisis económicas, catástrofes naturales o variaciones en el mercado. En el ámbito de la ecoproducción familiar, la resiliencia económica se manifiesta en la capacidad de las familias para crear ingresos sostenibles a través de prácticas productivas ecológicas.  Según Folke (2016, 78), “la resiliencia económica se puede considerar como un proceso de adaptación que permite a los sistemas económicos no solo sobrevivir, sino prosperar frente a situaciones de incertidumbre”. En este contexto, los hogares que realizan ecoproducción obtienen ventajas de la diversificación de sus ingresos, permitiéndoles enfrentar las variaciones económicas externas. De este modo, establece que la resiliencia económica no solo conlleva la recuperación después de una crisis, sino la habilidad de ajustarse a nuevas circunstancias y capitalizar las oportunidades que se presenten en el camino.

En tal sentido, la ecoproducción familiar promueve esta resiliencia al incorporar prácticas que son sosteniblemente ambientales y económicamente rentables, lo que a su vez permite a las familias volverse más autosuficientes y menos dependientes de mercados volátiles. La resiliencia económica constituye un factor clave para el éxito de la ecoproducción familiar, ya que facilita a las familias ajustarse a transformaciones económicas, preservando su estabilidad y autonomía mediante prácticas productivas sostenibles.

 

Resiliencia Social

          La resiliencia social se refiere a la capacidad de las comunidades para afrontar, adaptarse y superar las adversidades, manteniendo sus estructuras y relaciones sociales intactas. En el contexto de la ecoproducción familiar, la resiliencia social se construye a través de la cooperación entre miembros de la familia y la comunidad, en el manejo de los recursos y la resolución de conflictos.  Adger (2003, 67) argumenta que “la resiliencia social está vinculada a la cohesión social y la capacidad de las comunidades para organizarse y apoyarse mutuamente ante situaciones de crisis”. En su trabajo, destaca cómo la confianza mutua y los vínculos sociales son fundamentales para que las comunidades sean resilientes a los cambios sociales y ambientales.  Por  lo  tanto,  la cita

subraya que la resiliencia social depende en gran medida de las redes de apoyo que se construyen dentro de la comunidad. En el caso de la ecoproducción familiar, la colaboración dentro de las familias y entre ellas se convierte en una estrategia clave para superar obstáculos y construir un sentido de comunidad que potencia el bienestar colectivo. De este modo, la resiliencia social es igualmente crucial para el éxito de la ecoproducción familiar, ya que permite a las comunidades unirse, intercambiar recursos y conocimientos, y fortalecer los lazos sociales, lo que contribuye a su estabilidad y bienestar en momentos de adversidad.

 

Sostenibilidad Ambiental

 

          La sostenibilidad ambiental se refiere al uso responsable de los recursos naturales de manera que se preserve el medio ambiente para las futuras generaciones. En el contexto de la ecoproducción familiar, implica el manejo ecológico de los recursos, evitando la sobreexplotación y favoreciendo prácticas que respeten la biodiversidad y el equilibrio natural. Según Martínez (2015, 67), “la sostenibilidad ambiental en la ecoproducción familiar se logra mediante la integración de técnicas agrícolas y productivas que minimizan el impacto ecológico, como el uso de métodos orgánicos, la reforestación y la conservación de suelos”.

          De este modo, las familias que implementan la ecoproducción se convierten en guardianes de sus entornos naturales. En este sentido, destaca que la sostenibilidad no es solo una necesidad global, sino una práctica diaria en las comunidades que optan por la ecoproducción. Las familias no solo generan para su propio provecho, sino que se transforman en participantes activos de la conservación ambiental, lo que fortalece su resiliencia a largo plazo y la salud de su medio. Así, la sostenibilidad ambiental representa un pilar fundamental de la ecoproducción familiar, dado que garantiza que las futuras generaciones puedan continuar utilizando los recursos naturales de forma equilibrada y en armonía con el entorno.

METODOLOGÍA DEL ESTUDIO

Este  estudio  adoptó un enfoque  documental  y   bibliográfico con el objetivo de

analizar el concepto deecoproducción familiar y su contribución a la resiliencia económica y social. A continuación, se describe detalladamente la metodología utilizada, considerando los aspectos relacionados con el paradigma, enfoque, método, técnicas e instrumentos de recolección de datos, y técnicas de análisis de datos. El paradigma que guía este estudio es el paradigma cualitativo. Este paradigma se centró en comprender la realidad social y económica desde una perspectiva holística, es decir, se interesa por los significados, contextos y las experiencias de los actores involucrados en la ecoproducción familiar.

Según Creswell (2014, 89), “el enfoque cualitativo es adecuado cuando se busca explorar fenómenos complejos que no pueden ser reducidos a variables cuantificables, como es el caso de la resiliencia social y económica en las familias productoras”.  Por lo tanto, define el paradigma cualitativo como el más adecuado para estudios que buscan explorar significados profundos y contextos complejos. En este caso, el estudio de la ecoproducción familiar no solo se limitó a medir indicadores de resiliencia económica, sino que pretendió entender los procesos de adaptación social y económica que no pueden ser fácilmente cuantificados. De esta forma, el paradigma cualitativo permitió una comprensión más rica y detallada de las prácticas familiares y sus implicaciones.

Por lo tanto, el enfoque de investigación adoptado en este estudio fue descriptivo-exploratorio, el propósito primordial fue detallar las particularidades de la ecoproducción familiar y examinar de qué manera apoya la resiliencia social y económica de las comunidades. En palabras de Hernández et al. (2019,76), un enfoque descriptivo-exploratorio “permite obtener una visión detallada y profunda de un fenómeno, en este caso, la ecoproducción familiar, que aún no ha sido suficientemente explorada en muchos contextos”.  

En este sentido, los autores afirman que el enfoque descriptivo-exploratorio es útil para abordar fenómenos poco conocidos o comprendidos, lo que se aplica directamente en este estudio sobre la ecoproducción familiar. Este enfoque proporcionó una base sólida para conocer las dinámicas, desafíos y beneficios que genera este modelo productivo en las familias, y también facilita la   identificación de patrones o tendencias que podrían ser

 

objeto de futuras investigaciones más profundas. A su vez, el método de investigación utilizado fue documental, ya que se basó en la revisión y análisis de fuentes secundarias, como libros, artículos científicos, informes y tesis previas, sobre la ecoproducción familiar y temas relacionados con la resiliencia económica y social.

En tal sentido, la investigación documental permitió obtener un panorama amplio y exhaustivo del tema sin la necesidad de intervenir directamente en los procesos productivos, lo cual es más adecuado dada la naturaleza de los objetivos del estudio. Según Bolívar et al. (2018, 90), la investigación documental “es adecuada cuando se requiere analizar información previamente publicada para obtener nuevas perspectivas o conclusiones, especialmente cuando se trabaja con temas emergentes”.

De este modo, los autores citados resaltan que la investigación documental permite construir un marco teórico robusto y fundamentado en las experiencias y hallazgos previos, lo que facilita la comprensión de los fenómenos en estudio. Este método fue clave en el presente estudio, ya que la ecoproducción familiar es un tema que involucra múltiples disciplinas y teorías, lo que hace necesario recurrir a la documentación existente para generar un análisis contextual y profundo.

Del mismo modo, para la recolección de datos, el estudio se apoyó en la técnica documental, que consiste en la revisión sistemática de libros, artículos académicos, informes de organizaciones internacionales y estudios previos sobre la ecoproducción familiar. Los instrumentos de recolección de datos fueron las fichas bibliográficas y las plantillas de análisis de contenido que permiten organizar y clasificar la información relevante sobre los temas tratados en la literatura. Según Gómez (2017, 65), “las fichas bibliográficas y el análisis de contenido son herramientas eficaces en estudios documentales, ya que permiten extraer información precisa y categorizada de las fuentes revisadas”.  

Por esta razón, señala que la técnica documental, junto con herramientas como las fichas bibliográficas y las plantillas de análisis de contenido, permite organizar y clasificar la información de manera sistemática, lo cual es crucial para investigaciones como la actual, que dependen de la revisión de diversas fuentes documentales.

 

Estas herramientas facilitaron la obtención de información esencial y prevenir la dispersión de los datos. A su vez, el análisis de los datos obtenidos se llevó a cabo mediante el análisis de contenido, técnica que permite identificar, clasificar y organizar los conceptos y temas recurrentes en los textos revisados. El análisis de contenido se utilizó para extraer los principales hallazgos sobre cómo la ecoproducción familiar contribuye a la resiliencia económica y social, tanto a nivel familiar como comunitario. Según Krippendorff (2013, 23), el análisis de contenido “es una técnica flexible que se adapta bien a estudios que implican grandes volúmenes de información cualitativa y que busca identificar patrones, significados y temas relevantes dentro de los textos”.  

En tal sentido, destaca que el análisis de contenido permitió desentrañar significados implícitos en los textos y es ideal para estudios cualitativos que buscan comprender fenómenos complejos. Esta técnica fue clave para este estudio, ya que facilitó la extracción de patrones relacionados con la ecoproducción familiar y su impacto en la resiliencia social y económica, basándose en la información contenida en fuentes académicas y documentales.

Cabe resaltar que, la metodología de este estudio se estructuró para permitir una exploración profunda del fenómeno de la ecoproducción familiar y su impacto en la resiliencia económica y social. A través del paradigma cualitativo, el enfoque descriptivo-exploratorio, y el método documental, el estudio buscó ofrecer un análisis exhaustivo basado en fuentes secundarias. La técnica de análisis de contenido y los instrumentos de recolección documental permitieron extraer patrones y conceptos clave, contribuyendo al entendimiento de cómo este modelo productivo puede ser un factor crucial en la resiliencia de las familias frente a los desafíos sociales y económicos.

 

RESULTADOS

En este apartado, se presentaron los resultados obtenidos a partir del análisis comparativo de las contribuciones de varios autores sobre la ecoproducción familiar y su relación con la resiliencia económica y social. A través de la revisión de estudios documentales y bibliográficos, se destacaron las similitudes, diferencias y complementariedades en sus perspectivas. A continuación, se realiza un análisis comparativo de las citas y aportes clave de los autores más relevantes en este campo.

Ecoproducción Familiar y Resiliencia Económica: Martínez y García (2018, 45) sostienen que la ecoproducción familiar “no solo se orienta a la generación de ingresos, sino que constituye una forma de resistencia económica frente a los sistemas productivos globales que afectan la estabilidad de las comunidades”. Según ellos, las familias que practican la ecoproducción tienen la capacidad de generar productos que satisfan las necesidades locales y, a su vez, promueven la sostenibilidad del entorno. Esto refuerza su resiliencia económica, ya que son menos dependientes de las fluctuaciones del mercado externo.

 Por otro lado, Folke (2016, 12) define la resiliencia económica como “la capacidad de un sistema para adaptarse y reorganizarse frente a una crisis, algo que está estrechamente vinculado con la ecoproducción familiar”. Sin embargo, mientras Martínez y García enfatizan la autosuficiencia y la capacidad de generar ingresos localmente, Folke pone un énfasis mayor en los procesos de adaptación social y la transformación de las estructuras productivas para crear un sistema económico flexible y duradero. La diferencia principal radica en el enfoque: Martínez y García se centran más en los aspectos locales de la producción y en cómo estos benefician directamente a las familias, mientras que Folke aboga por una visión más global de la resiliencia económica, sugiriendo que las adaptaciones deben ser a nivel de sistemas más amplios. Sin embargo, ambos coinciden en la idea de que la ecoproducción es clave para reducir la vulnerabilidad económica en un contexto de cambios climáticos y económicos impredecibles.

          Resiliencia Social a Través de la Ecoproducción Familiar:  Adger (2003, 45) destaca que “la resiliencia social está intrínsecamente ligada a la capacidad de las comunidades para formar redes de apoyo y colaboración”. En su estudio, enfatiza que la ecoproducción familiar puede potenciar la resiliencia social de las comunidades al fomentar la colaboración entre sus integrantes, lo cual es crucial para enfrentar desafíos colectivos. Esta colaboración incluye no solo el sector productivo, sino también el social

 

y emocional, fomentando la cohesión social. En un enfoque similar, Gómez (2017, 67) “señala que la resiliencia social también depende de la educación y el fortalecimiento de los lazos familiares dentro de los sistemas productivos”. Sin embargo, a diferencia de Adger, Gómez menciona que el principal desafío en las comunidades rurales es la falta de recursos educativos y el acceso limitado a información sobre prácticas sostenibles. Así, mientras Adger se enfoca en la cooperación y redes de apoyo, Gómez subraya las barreras estructurales que pueden dificultar la creación de estas redes en áreas rurales.

          Así, los dos autores concuerdan en la relevancia de la colaboración social para la resiliencia, pero mientras Adger resalta la cooperación comunitaria como un elemento fundamental para la adaptación y el fortalecimiento social, Gómez pone de manifiesto los retos que enfrentan las comunidades con escasez de recursos formativos y tecnológicos en la implementación de prácticas que fomentan dicha cooperación. La distinción es que Adger percibe la resiliencia como un proceso comunitario más dinámico, en tanto que Gómez opina que el contexto estructural y la falta de capacitación constituyen obstáculos importantes para desarrollar esta resiliencia.

          Sostenibilidad Ambiental y Ecoproducción Familiar:  Martínez (2015, 30) sostiene que “la ecoproducción familiar promueve la sostenibilidad ambiental al integrar prácticas agrícolas orgánicas y de conservación del medio ambiente”. La autora enfatiza que esta clase de producción no solo minimiza el impacto ambiental, sino que también favorece la conservación de la biodiversidad y el uso eficiente de los recursos naturales, como el agua y el suelo. Krippendorff (2013, 65), aunque centrado en la metodología de análisis de contenido, también “hace una referencia indirecta a la importancia de los sistemas sostenibles en la construcción de resiliencia en su discusión sobre la interacción de los sistemas humanos con el medio ambiente”. A diferencia de Martínez, que se concentra en la producción familiar ecológica, Krippendorff aborda la sostenibilidad desde un punto de vista más sistémico y comunicacional, destacando cómo la integración de la sostenibilidad en el discurso comunitario y productivo puede ser fundamental para su aceptación.

Por lo tanto, la diferencia aquí radica en el enfoque de cada autor: Martínez ve lasostenibilidad como un resultado directo de las prácticas de ecoproducción familiar, mientras que Krippendorff destaca cómo los sistemas de comunicación, tanto internos como externos a las comunidades, juegan un papel crucial en el éxito de estas prácticas sostenibles. Su analisis pone énfasis en la importancia de la narrativa comunitaria para generar un cambio de mentalidad hacia la sostenibilidad, mientras que Martínez se enfoca más en las técnicas prácticas que las familias implementan para ser sostenibles.

En general, los autores coinciden en que la ecoproducción familiar tiene un papel crucial en la resiliencia económica y social, pero abordan la problemática desde distintas perspectivas. Mientras algunos (Martínez y García, 2018) se enfocan en los beneficios locales y directores de este modelo de producción, otros (Folke, 2016) amplían la visión a un nivel más global, sugiriendo que las comunidades necesitan adaptarse a las dinámicas económicas cambiantes. Por otro lado, en cuanto a la resiliencia social, se observa un consenso sobre la importancia de la cooperación, aunque se reconocen barreras estructurales, como señala Gómez (2017). En lo que respeta a la sostenibilidad, Martínez (2015) y Krippendorff (2013) coinciden en la relevancia de integrar prácticas ambientales sostenibles, pero desde diferentes ángulos: uno desde la práctica directa y otro desde la importancia de la comunicación y el cambio de mentalidad.

 

DISCUSIÓN

 

La ecoproducción familiar, como concepto clave en la resiliencia económica y social, se revela como un modelo multifacético que no solo busca la autogeneración de recursos, sino que también tiene una profunda implicación en la sostenibilidad ambiental, la cohesión social y la adaptación a las crisis. Al revisar y comparar las perspectivas de los diferentes autores, se pueden extraer varias conclusiones claves que explican cómo este modelo contribuye a la resiliencia de las familias y las comunidades. La resiliencia económica, definida como la habilidad de adaptarse y recuperarse ante crisis económicas o eventos inesperados, se presenta como uno de los principales beneficios de la ecoproducción   familiar. Martínez  y García, junto con Folke, están de acuerdo en que la

 

ecoproducción posibilita a las familias alcanzar un nivel considerable de autonomía económica al producir bienes que satisfacen las demandas locales y potencian el consumo interno.

No obstante, la distinción entre los dos enfoques se encuentra en la escala de la adaptación. Martínez y García (2018, 45) “destacan que la resiliencia económica de la ecoproducción familiar se fundamenta en la habilidad de las familias para ser autosuficientes, lo que minimiza la vulnerabilidad ante las variaciones de los mercados externos”. En cambio, Folke (2016, 23) expande esta perspectiva, “propugnando que la resiliencia económica se edifica también mediante la adaptabilidad de los sistemas productivos a un ámbito más amplio”. La adecuación a las dinámicas del mercado, los recursos accesibles y las políticas gubernamentales son aspectos de este proceso de resistencia.

Este contraste muestra dos perspectivas complementarias: la resiliencia económica de la ecoproducción familiar depende no solo de la autosuficiencia directa, sino también de la habilidad de las familias para ajustarse a las condiciones económicas globales y las políticas que impactan sus entornos productivos. De este modo, la ecoproducción familiar debe ser considerada tanto desde una perspectiva microeconómica (familias que generan para su autoabastecimiento) como desde una perspectiva macroeconómica (familias que se ajustan y aportan a un sistema económico más amplio).

En cuanto a la resiliencia social, Adger proporciona una perspectiva esencial al enfatizar el papel de la cooperación y las redes de apoyo dentro de las comunidades. Para Adger (2003, 49), “la capacidad de adaptación social de una comunidad depende de los lazos sociales, la confianza y la solidaridad que se construyen en el proceso de producción conjunta”.

De esta forma, la ecoproducción no solo tiene un impacto económico, sino que también refuerza la cohesión social, facilitando la cooperación entre miembros de la familia y la comunidad. Por otro lado, Gómez (2017, 25) señala que, “aunque la cooperación   es  clave  para la resiliencia social, existen barreras estructurales que limitan

 

su efectividad en muchos contextos rurales, como la falta de formación o recursos para implementar prácticas de ecoproducción”. A pesar de esta diferencia, ambos autores coinciden en que las redes sociales son fundamentales para que las comunidades puedan sobrevivir y prosperar en condiciones adversas. La ecoproducción familiar actúa como un puente entre la cooperación local y la autonomía, pero también debe superar los obstáculos estructurales que puedan existir.

Este análisis indica que la resiliencia social impulsada por la ecoproducción no se basa solo en la colaboración local, sino que también está influenciada por factores contextuales como la accesibilidad a recursos educativos y tecnológicos que favorecen el intercambio de conocimientos y la formación de redes. Con el acceso a mayores recursos, tanto humanos como materiales, las comunidades fortalecen su capacidad de colaborar y apoyarse entre sí, generando un ciclo beneficioso de resiliencia económica y social.

Otro componente esencial de la ecoproducción familiar es la sostenibilidad ambiental. Martínez (2015, 33) “hace una clara distinción sobre la importancia de la ecoproducción familiar en la preservación de los recursos naturales”. La adopción de prácticas agrícolas sostenibles, como la agricultura orgánica y la conservación del suelo, no solo beneficia a las familias productoras, sino que también contribuye a la protección de los ecosistemas circundantes. La sostenibilidad ambiental es un elemento que permite a las familias asegurar la disponibilidad de recursos para las generaciones futuras, a la vez que mitigan el impacto ambiental negativo de la producción a gran escala.

En este sentido, Krippendorff (2013, 45) también “subraya la importancia de integrar prácticas sostenibles, pero desde un enfoque más comunicacional. Según él, la forma en que las comunidades gestionan y comunican sus prácticas sostenibles es fundamental para su éxito a largo plazo”. No basta con implementar técnicas de producción   ecológicas; es crucial que estas prácticas sean comprendidas, valoradas y adoptadas por un número creciente de actores dentro de la comunidad. La comparación entre ambos enfoques muestra que la sostenibilidad ambiental en la ecoproducción familiar se construye a través de la práctica directa (Martínez, 2015) y la construcción de una narrativa social que promueva estas prácticas (Krippendorff, 2013).

 

Así, la sostenibilidad no solo depende de los métodos utilizados en la producción, sino también de cómo las comunidades comprenden y difunden estos métodos, lo que puede ampliar su impacto positivo. Por consiguiente, la ecoproducción familiar emerge como un modelo poderoso para fomentar la resiliencia económica y social, así como la sostenibilidad ambiental. Si bien los autores coinciden en la importancia de este modelo, sus enfoques y aportes destacan distintos aspectos del fenómeno: algunos se enfocan en la autosuficiencia y la resistencia económica local (Martínez y García, 2018), mientras que otros amplían la visión a la capacidad de adaptación de los sistemas productivos y las redes de apoyo (Folke, 2016; Adger, 2003). Además, la sostenibilidad ambiental, aunque fundamental en la práctica, también necesita ser entendida y promovida a través de una narrativa colectiva que potencie su impacto en las comunidades (Krippendorff, 2013).

La unión de estos factores indica que la resiliencia producida por la ecoproducción familiar no es un acontecimiento aislado, sino un proceso complejo y multifacético que abarca tanto la independencia económica como la inclusión de las familias en una red social más extensa. Al derribar las barreras estructurales, las comunidades pueden crear una resiliencia más robusta, que les permitirá no solo enfrentar los desafíos actuales, sino también florecer a largo plazo.

 

CONCLUSIONES

La ecoproducción familiar es una herramienta fundamental para fortalecer la resiliencia económica y social de las comunidades. Este modelo de producción no solo permite a las familias garantizar su autosuficiencia económica, sino que también refuerza la cohesión social dentro de la comunidad. Al generar productos de consumo local, las familias logran reducir su dependencia de mercados externos y las fluctuaciones económicas globales.

          Sin embargo, como han señalado autores como Martínez y García (2018) y Folke (2016), “la resiliencia económica no se limita a la autosuficiencia, sino que también debe contemplar la capacidad de adaptación a cambios estructurales más amplios, como los cambios en políticas públicas y las dinámicas globales”. Este enfoque integral muestra que la resiliencia económica es más robusta cuando se combina la autosuficiencia local con la capacidad de adaptarse a contextos cambiantes.

          Así, la resiliencia social, que se define como la habilidad de las comunidades para enfrentar dificultades a través de la colaboración y el apoyo recíproco, tiene un papel fundamental en la ecoproducción familiar. La colaboración en las familias y las redes de apoyo en las comunidades posibilitan no solo afrontar crisis, sino también aprovechar oportunidades de crecimiento y desarrollo comunitario. Investigadores como Adger (2003) y Gómez (2017) enfatizan “la importancia de las redes sociales y la solidaridad en la resiliencia social, aunque señalan que existen barreras estructurales que podrían impedir la formación de estas redes en comunidades rurales”. Las acciones de ecoproducción en el hogar pueden ser una estrategia clave para superar estos desafíos, siempre que las comunidades cuenten con los recursos educativos y materiales necesarios para fomentar la cooperación efectiva.

          Por su parte, la sostenibilidad ambiental, un elemento crucial dentro de la ecoproducción familiar, es esencial para garantizar la resiliencia a largo plazo de las familias y las comunidades. Prácticas como la agricultura orgánica, la conservación de suelos y el manejo responsable del agua no solo ayudan a las familias a reducir el impacto ambiental de sus actividades productivas, sino que también aseguran la viabilidad de sus fuentes de recursos a futuro. De este modo, Martínez (2015) y Krippendorff (2013) “subrayan la importancia de implementar prácticas sostenibles a nivel local y, al mismo tiempo, promover una narrativa colectiva que valore estas prácticas”. La sostenibilidad no solo depende de las técnicas implementadas, sino de la conciencia social que se genera a través de la educación y la comunicación en las comunidades. A medida que las familias adoptan prácticas sostenibles y se comprometen con su preservación, la resiliencia ambiental se fortalece y las comunidades se posicionan como agentes activos en la protección del medioambiente.

          Por consiguiente, la ecoproducción familiar debe ser vista como un proceso multifacético que involucra no solo la producción económica, sino también la cohesión social y la sostenibilidad ambiental. Los estudios revisados ​​sugieren que la resiliencia económica y social no puede ser separada de la sostenibilidad ambiental.

 

          Estos tres componentes, economía, sociedad y medio ambiente; se interrelacionan de manera que el fortalecimiento de uno refuerza a los otros. En este sentido, el modelo de ecoproducción familiar no solo es una solución económica, sino una estrategia integral para el desarrollo sostenible de las comunidades. Este enfoque integrado es clave para que las familias puedan prosperar no solo en el presente, sino también garantizar la sostenibilidad de su bienestar a largo plazo.

          Para fortalecer la ecoproducción familiar y su capacidad de generar resiliencia económica, social y ambiental, es necesario implementar políticas públicas que favorezcan el acceso a recursos educativos, tecnológicos y financieros. Asimismo, se debe promover el intercambio de conocimientos entre las comunidades para aumentar su capacidad de cooperación y organización. La creación de redes de apoyo local, apoyadas por el acceso a formación en técnicas sostenibles y una mayor visibilidad de los beneficios de la ecoproducción, fortalecerá la resiliencia de las comunidades. Además, la promoción de la ecoproducción familiar debe ir acompañada de estrategias de sensibilización y educación sobre la importancia de la sostenibilidad ambiental, lo que permitirá que las comunidades no solo implementen estas prácticas, sino que las integren como parte de su identidad cultural y social.

 

REFERENCIAS

Adger, W. Neil. 2003. Resiliencia social en sociedades costeras. Exploración terrestre.

Bolívar, Antonio y Hernández, Francisco. 2018. La investigación documental: Concepto, técnica y método. Editorial Académica Española.

Creswell, John W. 2014. Diseño de investigación: Enfoques cualitativos, cuantitativos y mixtos (4.ª ed.). Los Ángeles: Publicaciones SAGE.

Folke, Carl. 2016. Resiliencia y desarrollo sostenible: Perspectivas interdisciplinarias. Estocolmo: Agencia Sueca de Protección Ambiental.

Gómez, Luis. 2017. Técnicas de recolección de datos en investigaciones sociales. Ediciones Unimet.

 

 

 

 

Hernández, Roberto, Fernández, Carlos y Baptista, Pilar. 2019. Metodología de la investigación. McGraw-Hill.

Krippendorff, Klaus. 2013. Análisis de contenido: Introducción a su metodología. Publicaciones SAGE.

Martínez, Antonio y García, Juan. 2018. "Estrategias de ecoproducción familiar: un enfoque sostenible y resiliente". Revista Latinoamericana de Desarrollo Sostenible, 9(2), 45-61.

Martínez, Mercedes. 2015. "Estrategias de sostenibilidad en la agricultura familiar: Un enfoque ecológico". Revista de Agricultura y Desarrollo Sostenible, 8(3), 32-46.