MODELO DE APRENDIZAJE APLICADO MEDIANTE LA
INTEGRACIÓN DE TECNOLOGÍAS DIGITALES EN LA FORMACIÓN DE LICENCIADOS EN CIENCIAS
DE LA EDUCACIÓN.
Autora:
Berkis Yolanda Beroez Cedeño
Universidad Nacional Experimental
de los Llanos
Occidentales Ezequiel Zamora
Correo:
Berkisberoez6@gmail.com
Código
Orcid https://orcid.org/0009-008-8611-7512
Línea de Investigación: Currículo, Formación e
Innovación Pedagógica
Como citar este
artículo: Berkis Yolanda Beroez
Cedeño “Modelo de Aprendizaje Aplicado Mediante la Integración de Tecnologías
Digitales en la Formación de Licenciados en Ciencias de la Educación.” (2025),
(1,17)
Recibido: 27/05/2025
Revisado: 30/05/2025
Aceptado: 2/06/2025
REUMEN
La formación de licenciados en Ciencias de la
Educación requiere enfoques que respondan a las demandas actuales. Este estudio
explora cómo optimizar el modelo de aprendizaje aplicado mediante tecnologías
digitales, específicamente simuladores virtuales, para enriquecer la
preparación docente. El marco teórico define el modelo como un enfoque práctico
y reflexivo que conecta teoría y práctica, aunque limitado por recursos físicos
y exposición a escenarios diversos. Las tecnologías educativas, como la inteligencia
artificial y los entornos virtuales, ofrecen soluciones al personalizar el
aprendizaje y simular contextos variados. La metodología empleada fue documental-bibliográfica,
basada en la revisión de artículos, libros y fuentes académicas seleccionadas
por su pertinencia y actualidad, siguiendo un proceso de búsqueda, análisis
crítico y síntesis. El análisis comparó el modelo tradicional, que fomenta la
interacción directa pero depende de infraestructura, con los simuladores
virtuales, que aportan flexibilidad y diversidad, permitiendo probar
estrategias didácticas y recibir retroalimentación sin restricciones logísticas.
Sin embargo, se subrayó la necesidad de preservar la interacción humana. Las
conclusiones destacan que combinar la esencia reflexiva del modelo con las
capacidades tecnológicas crea un enfoque optimizado, dinámico y alineado al
siglo XXI, donde competencias digitales y adaptabilidad son clave. Este proceso
no solo supera las limitaciones prácticas, sino que potencia la formación
docente para entornos complejos, siempre que se diseña equilibradamente. Así,
la integración tecnológica se presenta como un avance imprescindible para una
educación superior innovadora y relevante.
Descriptores Aprendizaje. Aplicado, Integración, Tecnologías
Digitales, Formación, Licenciados, Ciencias, Educación.
Referencia
Bibliográfica: Nací: San
Fernando, Edo Apure, Estudié la Primaria Unidad Educativa Casa Hogar y E/B
"Daniel O'Leary" y Secundaria: L/B "Daniel O'Leary" y
"Lazo Martí", mis estudios universitarios en la UNESR la licenciatura
en educación y en la UNER, maestría en educación mención Orientación y el
Doctorado en Ciencias de la Educación.
APPLIED LEARNING MODEL
THROUGH THE INTEGRATION OF DIGITAL TECHNOLOGIES IN THE TRAINING OF
UNDERGRADUATES IN EDUCATIONAL SCIENCES.
Author: Berkis Yolanda Beroez Cedeño
National Experimental University of the
Western
Plains Ezequiel Zamora
Correo:
Berkisberoez6@gmail.com
ORCID Code https://orcid.org/0009-008-8611-7512
How to cite this
article: Berkis Yolanda Beroez Cedeño “Applied
Learning Model Through the Integration of Digital Technologies in the Training
of Graduates in Educational Sciences.” (2025), (1,17)
Received: 05/27/2025 Revised:
05/30/2025 Accepted: 06/02/2025
ABSTRACT
The training of undergraduates in Educational Sciences requires
approaches that respond to current demands. This study explores how to optimize
the applied learning model through digital technologies, specifically virtual
simulators, to enrich teacher preparation. The theoretical framework defines
the model as a practical and reflective approach that connects theory and
practice, although limited by physical resources and exposure to diverse
scenarios. Educational technologies, such as artificial intelligence and
virtual environments, offer solutions by personalizing learning and simulating
varied contexts. The methodology employed was documentary and bibliographical,
based on the review of articles, books, and academic sources selected for their
relevance and relevance, following a process of research, critical analysis,
and synthesis. The analysis compared the traditional model, which encourages
direct interaction but relies on infrastructure, with virtual simulators, which
provide flexibility and diversity, allowing teaching strategies to be tested
and feedback received without logistical restrictions. However, the need to
preserve human interaction was emphasized. The conclusions highlight that
combining the reflective essence of the model with technological capabilities
creates an optimized, dynamic approach aligned with the 21st century, where
digital skills and adaptability are key. This process not only overcomes
practical limitations but also enhances teacher training for complex
environments, provided it is designed in a balanced way. Thus, technological
integration is presented as an essential advancement for innovative and
relevant higher education.
Keywords: Applied Learning, Integration, Digital
Technologies, Training, Graduates, Sciences, Education
Bibliographic reference: I was born in San Fernando, Apure
State. I studied Primary School at the Casa Hogar Educational Unit and E/B
"Daniel O'Leary" and Secondary School: L/B "Daniel O'Leary"
and "Lazo Martí". I completed my university studies at UNESR for a
degree in education and at UNER for a master's degree in education with a
mention in Guidance and a Doctorate in Educational Sciences.
INTRODUCCIÓN
Las universidades que llevan a cabo
la formación de licenciados en Ciencias de la Educación enfrentan el reto
constante de preparar profesionales capaces de responder a las demandas de un
mundo en rápida transformación. En este contexto, el modelo de aprendizaje
aplicado ha surgido como un enfoque pedagógico valioso, al priorizar la
conexión entre la teoría educativa y su implementación práctica en entornos
reales. Este modelo, centrado en el desarrollo de competencias docentes
mediante experiencias situadas, ha demostrado ser efectivo para fomentar
habilidades como la planificación didáctica, la gestión del aula y la
evaluación del aprendizaje. Sin embargo, la irrupción de las tecnologías
digitales en el ámbito educativo plantea nuevas oportunidades y desafíos que
exigen una revisión y optimización de los enfoques tradicionales de formación
docente.
En las últimas décadas, herramientas
como la inteligencia artificial, los entornos virtuales de aprendizaje, las
plataformas colaborativas y los recursos multimedia han revolucionado la manera
en que se concibe la enseñanza y el aprendizaje. Estas tecnologías no solo
amplifican el acceso a la información, sino que también ofrecen posibilidades
para simular escenarios educativos, personalizar procesos formativos y fomentar
la interacción en contextos diversos. A pesar de su potencial, su integración
en modelos de aprendizaje aplicados para la formación de docentes sigue siendo
incipiente y poco sistematizada, lo que limita su impacto en la preparación de
profesionales de la educación competentes en el uso de estas herramientas.
Este artículo se plantea analizar,
desde una perspectiva documental-bibliográfica, cómo el modelo de aprendizaje
aplicado puede optimizarse mediante la integración estratégica de tecnologías
digitales en la formación de licenciados en Ciencias de la Educación. A través
de una revisión de literatura especializada, se busca identificar las
fortalezas y limitaciones del modelo actual, así como explorar propuestas
innovadoras que incorporan recursos tecnológicos para enriquecer la experiencia
formativa. La relevancia de este estudio radica en su contribución al diseño de
programas de formación docente más alineados con las necesidades del siglo XXI,
donde la tecnología no solo sea una herramienta complementaria, sino un eje
transformador de las prácticas pedagógicas. De este modo, se aspira a sentar
las bases para una educación superior que forme profesionales capaces de
liderar procesos educativos en un entorno digitalizado y globalizado.
Desarrollo
Modelo
de Aprendizaje Aplicado
El modelo de aprendizaje aplicado se
concibe como un enfoque pedagógico que prioriza la integración de conocimientos
teóricos con su aplicación práctica en contextos reales, promoviendo el
desarrollo de competencias específicas en los estudiantes. Según Sánchez (2018,
67), “este modelo se fundamenta en la premisa de que el aprendizaje
significativo ocurre cuando los individuos enfrentan situaciones auténticas que
requieren la resolución de problemas y la toma de decisiones informadas”. En el
ámbito de la formación de licenciados en Ciencias de la Educación, el modelo se
traduce en “estrategias como prácticas docentes supervisadas, análisis de casos
y diseño de proyectos educativos, las cuales buscan preparar a los futuros
docentes para desempeñarse exitosamente en el aula” (Gómez 2020, 56).
El enfoque aplicado tiene sus raíces
en teorías constructivistas, particularmente en las ideas de Dewey “sobre el
aprendizaje por experiencia, quien argumentaba que la educación debe conectar
el conocimiento con la acción” (Dewey, citado en Martínez 2019, 89). Más
recientemente, Pérez (2022, 65) señala que “el modelo fomenta no solo la
adquisición de habilidades técnicas, sino también la reflexión crítica sobre
las propias prácticas, un aspecto esencial para el desarrollo profesional
docente.” Sin embargo, este modelo enfrenta limitaciones en su capacidad para
incorporar dinámicas emergentes, como las derivadas de la revolución digital,
lo que motiva su revisión y optimización.
De tal modo que, las tecnologías
educativas han transformado los paradigmas de enseñanza y aprendizaje en las
últimas décadas, ofreciendo herramientas que potencian la interacción, la
personalización y el acceso a recursos educativos. Rodríguez (2021, 56) define
las tecnologías educativas como “el conjunto de herramientas digitales, como
plataformas de aprendizaje en línea, simuladores virtuales y aplicaciones de
inteligencia artificial, diseñadas para facilitar procesos formativos”. Este autor ofrece una definición amplia y operativa de
las tecnologías educativas, identificándolas como herramientas digitales
específicas con un propósito explícito: apoyar los procesos de enseñanza y
aprendizaje. Ejemplos como plataformas en línea (por ejemplo, Moodle), simuladores
y aplicaciones de inteligencia artificial (por ejemplo, tutores virtuales)
delimitan el alcance de estas tecnologías. Esta definición establece una base
conceptual clara para el artículo, al destacar la diversidad de herramientas
disponibles y su diseño intencional para fines educativos. Subraya la idea de
que las tecnologías no son meros accesorios, sino recursos estratégicos que
pueden integrarse en modelos pedagógicos como el de aprendizaje aplicado. En el
contexto de la formación de licenciados en Ciencias de la Educación, esta cita
justifica la exploración de cómo estas herramientas pueden enriquecer las
prácticas docentes, alineándose con la necesidad de optimizar el modelo
mediante recursos digitales accesibles y funcionales.
De este modo, en el contexto de la
formación docente, estas tecnologías “han demostrado ser efectivas para simular
entornos de enseñanza, permitiendo a los estudiantes practicar habilidades en
escenarios controlados antes de enfrentarse a situaciones reales” (López 2023,
67). Por lo que, destaca un beneficio concreto de las
tecnologías educativas: su capacidad para replicar entornos de enseñanza en
simulaciones controladas. Esto permite a los futuros docentes ensayar
habilidades (manejo de aula, diseño de clases) en un espacio seguro antes de
aplicarlas en contextos reales.
En este sentido, la cita enfatiza el
valor práctico de las tecnologías en la formación docente, conectando
directamente con el núcleo del modelo de aprendizaje aplicado, que prioriza la
experiencia situada. Sugiera que las simulaciones digitales pueden actuar como
un puente entre la teoría y la práctica, reduciendo riesgos y mejorando la
preparación. Para el artículo, esta afirmación refuerza la propuesta de
optimización, ya que las simulaciones pueden fortalecer las experiencias
prácticas del modelo, haciéndolas más accesibles y adaptables a diferentes
contextos educativos. Además, introduzca una dimensión de seguridad y control
que podría ser clave para los estudiantes en formación.
Un área destacada en la literatura es
el uso de la inteligencia artificial (IA) en la educación. Torres (2020, 45) “argumenta
que los sistemas de tutoría inteligente basados en IA pueden
adaptar el contenido a las necesidades individuales de los estudiantes,
mejorando su comprensión de conceptos pedagógicos complejos”. El autor resalta el potencial de la inteligencia
artificial (IA) en la educación, específicamente a través de sistemas de
tutoría inteligente. Estos sistemas personalizan el aprendizaje ajustando el
contenido según las necesidades de cada estudiante, lo que facilita la
asimilación de temas pedagógicos difíciles. Esta afirmación subraya la
capacidad de la IA para ofrecer una experiencia de aprendizaje individualizada,
un aspecto que podría enriquecer el modelo de aprendizaje aplicado al permitir
que los futuros docentes aborden sus debilidades específicas. Sin embargo,
también implica la necesidad de infraestructura tecnológica y capacitación para
su implementación efectiva. En el
contexto de la formación de licenciados en Ciencias de la Educación, esta cita
apoya la idea de optimizar el modelo integrando tecnologías avanzadas que
responden a la diversidad de los estudiantes, mejorando su preparación para
enseñar conceptos complejos en el aula.
Cabe considerar que, “Por ejemplo,
herramientas como chatbots educativos o plataformas
de retroalimentación automática han sido integradas en programas de formación
docente con resultados prometedores en términos de eficiencia y engagement” (García 2022, 70). Este autor proporciona ejemplos concretos de
aplicaciones de IA (chatbots y plataformas de
retroalimentación automática) y señala sus beneficios prácticos en la formación
docente, destacando mejoras en eficiencia (rapidez en la entrega de resultados)
y engagement (interés y participación de los
estudiantes).
Esta cita evidencia que la
integración de tecnologías específicas ya está generando impactos positivos, lo
que sugiere que el modelo de aprendizaje aplicado podría beneficiar de estas
herramientas para agilizar procesos formativos y mantener motivados a los
estudiantes. Sin embargo, no menciona posibles limitaciones, como costos o
accesibilidad. Para el artículo, esta observación refuerza la viabilidad de la
propuesta de optimización, mostrando casos prácticos que conectan la teoría
(adaptación del modelo) con resultados medibles. Los chatbots
y la retroalimentación automática podrían complementar las prácticas reflexivas
del modelo, haciéndolo más dinámico.
Sin embargo, Torres (2020,45)
advierte que “su implementación requiere capacitación previa para evitar que la
tecnología reemplace la interacción humana, un pilar del aprendizaje aplicado”. Este autor, señala una limitación en la
integración de tecnologías como la inteligencia artificial: su uso efectivo
depende de una capacitación adecuada. Además, destaca el riesgo de que la
tecnología desplace la interacción humana, elemento esencial en el modelo de
aprendizaje aplicado, que se basa en experiencias reflexivas y sociales. Esta
advertencia subraya la necesidad de un enfoque equilibrado al optimizar el
modelo, donde la tecnología complemente, no sustituya, las dinámicas humanas.
La capacitación previa se presenta como un requisito para preservar la esencia
del aprendizaje aplicado mientras se incorporan herramientas digitales. Para el
artículo, esta cita aporta un contrapeso crítico a los beneficios de la
tecnología, reforzando la idea de que la optimización debe respetar los
principios fundamentales del modelo, como la interacción y la reflexión,
alineándose con su enfoque práctico y situad
Otro avance relevante es el uso de
entornos virtuales de aprendizaje (EVA). Según Fernández (2019, 89), “los EVA,
como Moodle o Blackboard, permiten a los futuros docentes diseñar y evaluar
estrategias didácticas en un espacio digital colaborativo”. Este tipo de
tecnología no solo amplifica el alcance del modelo de aprendizaje aplicado,
sino que también introduce competencias digitales esenciales para el ejercicio
docente en la era actual. A su vez, destaca el valor de los entornos virtuales de
aprendizaje (EVA), como Moodle o Blackboard, al ofrecer un espacio digital
donde los futuros docentes pueden crear y probar estrategias didácticas de
manera colaborativa, simulando procesos educativos reales. Esta afirmación sugiere que los EVA pueden
enriquecer el modelo de aprendizaje aplicado al proporcionar un entorno
práctico y flexible para el diseño y la evaluación, fomentando tanto la
creatividad como la colaboración entre estudiantes. Esto amplía las
oportunidades de práctica reflexiva en un contexto digital.
En el marco del artículo, esta cita
apoya la propuesta de optimización al mostrar cómo los EVA pueden dinamizar las
prácticas del modelo, haciéndolas más accesibles y adaptables. Además,
introduce una dimensión colaborativa que refuerza las competencias docentes
necesarias en el siglo XXI. Sin embargo, Díaz (2021, 23) señala “la falta de
integración sistemática de estas herramientas en modelos pedagógicos
tradicionales, lo que genera una desconexión entre la formación recibida y las
demandas del mercado laboral.”
El análisis de la literatura revela
un consenso sobre el potencial transformador de las tecnologías educativas,
pero también una necesidad urgente de adaptar los enfoques existentes para
maximizar sus beneficios. En este sentido, “el modelo de aprendizaje aplicado
podría fortalecerse al incorporar recursos digitales que enriquezcan las
experiencias prácticas, manteniendo su esencia reflexiva y situada” (Pérez 2022,
60). Esta revisión sugiere que la optimización del modelo no solo es viable,
sino imprescindible para formar docentes preparados para los retos del siglo
XXI. La cita se complementa
con la idea de que esta optimización es esencial para preparar docentes ante
los desafíos actuales. Esta afirmación sugiere un enfoque equilibrado y
estratégico para la optimización, donde las tecnologías digitales actúan como
herramientas de apoyo que amplifican la práctica sin desvirtuar la base teórica
y reflexiva del modelo. Implica que la tecnología debe adaptarse al modelo, no
al revés, destacando la importancia de preservar su identidad pedagógica. Para
el artículo, esta cita es fundamental, ya que sintetiza el objetivo central:
mejorar el modelo con recursos digitales (IA, EVA) mientras se mantiene fiel a
sus principios. Además, al calificar la optimización como “imprescindible” para
el siglo XXI, Pérez conecta el tema con las demandas educativas contemporáneas,
reforzando la pertinencia y urgencia de la propuesta.
Metodología
El presente estudio adoptó un enfoque
documental-bibliográfico, un método que permite analizar y sistematizar
información existente en fuentes académicas para construir conocimiento sobre
un tema específico. Según Ramírez (2017, 45), “el enfoque
documental-bibliográfico se caracteriza por la recopilación, revisión y
síntesis de textos previamente publicados, como artículos científicos, libros y
otros documentos relevantes, con el propósito de identificar tendencias, vacíos
y propuestas en un campo de estudio”. En este caso, el objetivo es explorar
cómo el modelo de aprendizaje aplicado puede optimizarse mediante la
integración de tecnologías digitales en la formación de licenciados en Ciencias
de la Educación.
Para llevar a cabo esta
investigación, se seleccionaron fuentes de diversas naturalezas que abordan
tanto el modelo de aprendizaje aplicado como el uso de tecnologías educativas.
Siguiendo las recomendaciones de Ortiz (2020, 10), “la selección de los
materiales se basó en criterios de pertinencia, actualidad y rigor académico”.
Entre las fuentes consideradas se incluyen libros especializados en pedagogía y
formación docente, artículos de revistas indexadas sobre tecnologías educativas
y capítulos de obras colectivas que analizan tendencias en educación superior.
Ejemplos representativos son los trabajos de Sánchez (2018) sobre el
aprendizaje aplicado y de Rodríguez (2021) sobre el impacto de las herramientas
digitales en la enseñanza. El proceso metodológico se desarrolló en tres etapas
principales, adaptadas de la propuesta de Gómez (2019, 56):
Búsqueda y
recolección de fuentes en bases de datos académicos y bibliotecas digitales,
utilizando palabras clave como “aprendizaje aplicado”, “tecnologías educativas”
y “formación docente”; análisis crítico de los textos para identificar
conceptos clave, argumentos y evidencias relevantes; y síntesis e integración de la información para
construir una propuesta coherente de optimización del modelo.
Este procedimiento implicó una
investigación estructurada y enfocada, donde las palabras clave aseguraron la
relevancia de las fuentes, el análisis crítico garantiza profundidad en la
interpretación, y la síntesis apunta a un resultado práctico y original (la
propuesta de optimización). Sin embargo, su efectividad depende de la calidad
de las bases de datos y de la precisión en la selección de términos.
Para el artículo, esta cita fue
central en la metodología, ya que describió cómo se construye el conocimiento
para responder al objetivo de optimizar el modelo con tecnologías digitales.
Conecta directamente la recopilación de información (sobre aprendizaje aplicado
y tecnologías) con la generación de una solución aplicable a la formación
docente, alineándose con el propósito del estudio.
Por su parte, la validez del análisis
se sustenta en la diversidad y calidad de las fuentes seleccionadas, así como
en la sistematicidad del proceso de revisión. Como señala Ortiz (2020, 50), “el
rigor en un estudio documental-bibliográfico depende de la capacidad del
investigador para triangular perspectivas y evitar sesgos en la interpretación”.
Por ello, se priorizaron textos publicados entre 2017 y 2023, con el fin de
garantizar la actualidad de los planteamientos en un contexto educativo marcado
por rápidos avances tecnológicos.
Resultados
El modelo de aprendizaje aplicado, en
su forma tradicional, se ha consolidado como un enfoque efectivo para la
formación de licenciados en Ciencias de la Educación al priorizar la práctica
en contextos reales. Según Sánchez (2018, 45), “este modelo permite a los
futuros docentes desarrollar competencias mediante experiencias supervisadas,
como prácticas en aulas físicas, donde aplican teorías pedagógicas y
reflexionan sobre sus resultados. El autor resalta la fortaleza del modelo tradicional en
la formación docente: su capacidad para conectar teoría y práctica en un
entorno real, bajo supervisión, lo que asegura un aprendizaje situado y
significativo. Sin embargo, también implica una limitación implícita: la
dependencia de aulas físicas puede restringir la variedad y frecuencia de estas
experiencias, especialmente en contextos con recursos limitados. Esta
afirmación establece el punto de partida del modelo tradicional antes de su
optimización con tecnologías digitales. Sirve como base para compararlo con propuestas
como los simuladores virtuales, que podrían ampliar las oportunidades de
práctica más allá de las aulas físicas, manteniendo el enfoque en la aplicación
y la reflexión que Sánchez destaca como esencial.
Sin embargo, este enfoque presenta
limitaciones específicas, como la dependencia de recursos físicos (escuelas
disponibles) y la exposición limitada a escenarios educativos diversos, lo que
puede restringir la profundidad de la preparación (Pérez 2022). Este autor señala que las restricciones logísticas y
contextuales del modelo tradicional pueden afectar la calidad y amplitud de las
competencias docentes desarrolladas. Esto sugiere que, aunque el enfoque es
efectivo en entornos controlados, no siempre prepara a los estudiantes para la
diversidad de situaciones que enfrentarán en su práctica profesional, como
aulas multiculturales o con necesidades especiales. Por lo que, justifica la
necesidad de optimizar el modelo mediante tecnologías digitales, como
simuladores virtuales, que pueden superar estas limitaciones al ofrecer
entornos variados y accesibles sin depender de recursos físicos. Es un
argumento crítico que impulsa la propuesta de integrar herramientas
tecnológicas para enriquecer la preparación docente.
En contraste, la integración de
propuestas tecnológicas, como los simuladores virtuales, ofrece una alternativa
innovadora para enriquecer la práctica docente dentro del modelo. López (2023,
50) sostiene que:
Los simuladores
virtuales recrean entornos de enseñanza controlados, permitiendo a los
estudiantes experimentar con estrategias didácticas, gestionar situaciones
complejas (por ejemplo, conflictos en el aula) y recibir retroalimentación
inmediata sin las restricciones del mundo real. Por ejemplo, un simulador puede
emular un aula multicultural o una clase con estudiantes con necesidades
especiales, ampliando las experiencias prácticas que el modelo tradicional no
siempre puede ofrecer debido a limitaciones logísticas o temporales.
Por lo tanto, este autor, sugiere que los simuladores no solo amplían
las oportunidades de práctica, sino que también enriquecen la formación al
exponer a los futuros docentes a situaciones que serían difíciles de replicar
en entornos reales debido a restricciones de prácticas. La retroalimentación
inmediata, además, potencia la reflexión, un pilar del aprendizaje aplicado,
haciendo el proceso más dinámico y efectivo. En este sentido, lo señalado por
el autor es clave en el análisis, ya que
demuestra cómo los simuladores virtuales abordan directamente las limitaciones
del modelo tradicional identificados por éste, como la dependencia de recursos
físicos y la exposición limitada a escenarios diversos. Refuerza la propuesta
de optimización al mostrar un ejemplo concreto de tecnología que mejora la
preparación docente sin sacrificar la esencia práctica del modelo.
De tal modo que, la comparación entre
ambos enfoques revela diferencias significativas. “Mientras el modelo
tradicional fomenta la interacción directa y el aprendizaje situado en
contextos auténticos, su alcance está condicionado por factores externos, como
la disponibilidad de espacios o la supervisión presencial” (Gómez 2020, 78). Este
autor destaca las fortalezas del modelo tradicional (interacción directa y
aprendizaje situado) y sus limitaciones (dependencia de factores como espacios
y supervisión). Reconoce el valor de la autenticidad del modelo, pero señala su
vulnerabilidad a restricciones logísticas y establece un contraste con las
propuestas tecnológicas, justificando la necesidad de superar estas
limitaciones.
A mismo tiempo, los simuladores
virtuales, por su parte, aportan flexibilidad y escalabilidad, “ya que pueden
adaptarse a las necesidades individuales de los estudiantes y simular múltiples
escenarios sin requerir infraestructura física adicional” (López 2023, 12). El
autor presenta los simuladores como una solución flexible y escalable que
personaliza el aprendizaje y elimina la necesidad de recursos físicos. Sugiere
una mejora significativa sobre el modelo tradicional al ampliar las
posibilidades de práctica sin restricciones externas. Refuerza la propuesta de optimización al
mostrar cómo los simuladores resuelven las limitaciones señaladas por Gómez.
Sin embargo, como advierte Torres
(2020, 23), “esta tecnología podría debilitar la interacción humana, un pilar
del aprendizaje aplicado, si no se implementa con un diseño que priorice la
reflexión y el intercambio entre pares”. Este
autor, advierte sobre el riesgo de que la tecnología afecte la interacción
humana, esencial en el modelo, si no se diseña con cuidado. Indica que la optimización tecnológica debe
ser equilibrada para preservar los principios del modelo. Aporta una perspectiva crítica, enfatizando la
necesidad de integrar simuladores sin sacrificar la esencia reflexiva y social
del aprendizaje aplicado. Desde un
análisis crítico, los simuladores no buscan reemplazar las prácticas
tradicionales, sino complementarlas. Pérez (2022, 23) argumenta que “la
fortaleza del modelo optimizado radica en combinar la esencia reflexiva del
enfoque tradicional con la capacidad de los simuladores para diversificar y
enriquecer las experiencias prácticas”. Por lo tanto, destaca que el modelo optimizado
integra la reflexión del enfoque tradicional con la diversidad y riqueza que
aportan los simuladores virtuales. Sugiere una síntesis ideal que preserva lo
mejor del modelo original mientras lo potencia con tecnología, logrando un
enfoque más completo y versátil. Es clave para el artículo, ya que resume la
propuesta de optimización, mostrando cómo los simuladores complementan sin
reemplazar la esencia reflexiva del aprendizaje aplicado.
Por ejemplo, un estudiante podría
usar un simulador para diseñar y probar una clase antes de implementarla en un
aula real, integrando así teoría, práctica y retroalimentación en un ciclo
continuo. Esta sinergia potencia la formación docente, preparándola para los
retos del siglo XXI, donde las competencias digitales y la adaptabilidad son
esenciales (Rodríguez 2021). De este modo, ofrece un ejemplo práctico de cómo los
simuladores facilitan un ciclo continuo de teoría, práctica y
retroalimentación, preparando a los docentes para un contexto moderno que exige
habilidades digitales y flexibilidad. Ilustra cómo la tecnología operativa mejora la
formación, alineándola con las demandas actuales como la competencia digital. Refuerza
la visión de Pérez al concretar la aplicación de los simuladores y conectar la
optimización con las necesidades del siglo XXI, justificando su urgencia.
Conclusiones
La formación de licenciados en Ciencias de la
Educación exige enfoques que equilibren la tradición pedagógica con las
posibilidades que ofrece el avance tecnológico. El modelo de aprendizaje
aplicado, en su esencia, ha demostrado ser un pilar sólido para conectar la
teoría con la práctica, permitiendo a los futuros docentes desarrollar
competencias esenciales a través de experiencias reales y reflexivas. Sin
embargo, sus limitaciones, como la dependencia de recursos físicos y la
exposición restringida a escenarios diversos, evidencian la necesidad de una
evolución que lo haga más adaptable a los retos contemporáneos. La integración
de tecnologías digitales, particularmente los simuladores virtuales, emerge
como una respuesta prometedora. Estas herramientas no solo amplían las
oportunidades de práctica al recrear entornos variados y controlados, sino que
también enriquecen el proceso formativo al ofrecer retroalimentación inmediata
y flexibilidad. Esta optimización no implica abandonar los fundamentos del modelo
tradicional, sino potenciarlos, combinando la interacción y la reflexión con la
capacidad de las tecnologías para diversificar las experiencias.
Así, se construye un ciclo continuo donde la teoría
se prueba, se ajusta y se aplica, preparando a los docentes para enfrentar
aulas multiculturales, situaciones complejas y las exigencias de un mundo
digitalizado. Reflexionar sobre este proceso lleva a reconocer que la educación
no puede permanecer estática frente a un contexto en constante cambio. La
sinergia entre lo tradicional y lo tecnológico no solo es viable, sino
imprescindible para formar profesionales capaces de liderar con creatividad y
adaptabilidad. El desafío radica en diseñar estas integraciones con cuidado,
asegurando que la esencia humana del aprendizaje permanezca intacta. En última
instancia, optimizar el modelo de aprendizaje aplicado con herramientas
digitales no es solo una mejora técnica, sino un paso hacia una formación
docente más inclusiva, dinámica y alineada con las necesidades del siglo XXI.
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