VÍNCULO ENTRE EMPRENDIMIENTO PRODUCTIVO Y DESARROLLO COMUNITARIO EN CONTEXTOS ACADÉMICOS UNIVERSITARIOS

 

Autoras: MSc. Ana Carolina Torreyes

Correo Electrónico: actjuvencia1@gmail.com

Código ORCID: 0009-0009-2874-0143

Dra. Mery Josefina Mirabal Olivero

Correo Electrónico: josefmir.22@gmail.com

Código ORCID: 0009-0007-1914-1849

Línea de investigación Currículo, Formación e Innovación Pedagógica

 

 

Como citar este artículo: Ana Carolina Torreyes y Mery Josefina Mirabal Olivero Vínculo entre Emprendimiento Productivo y Desarrollo Comunitario en Contextos Académicos Universitarios” (2025), (1,18)

Recibido: 29/06/2025       Revisado: 1/07/2025        Aceptado: 5/07/2025

 

RESUMEN

Esta investigación documental bibliográfica buscó analizar el vínculo entre el emprendimiento productivo y el desarrollo comunitario en contextos académicos universitarios, con el propósito de comprender cómo estos conceptos pueden integrarse para fortalecer la función social de la educación superior. El estudio se desarrolló bajo un paradigma interpretativo-crítico y utilizó una metodología cualitativa basada en la revisión sistemática de fuentes bibliográficas relevantes, con técnicas de análisis conceptual y comparativo. Los resultados mostraron que el emprendimiento productivo no debe limitarse a su dimensión económica, sino que puede convertirse en una herramienta pedagógica que promueva la formación ciudadana y el compromiso social. Por su parte, el desarrollo comunitario emerge como un horizonte ético y político que exige la participación de las comunidades y la corresponsabilidad institucional. A su vez, los contextos académicos universitarios, entendidos como espacios socioculturales complejos, son clave para articular ambos conceptos desde prácticas educativas inclusivas y transformadoras. La discusión revela coincidencias entre autores como Freire, Flecha y Coraggio, en torno a la necesidad de repensar la universidad como un actor comprometido con la justicia social. No obstante, también se identifican desafíos en la implementación real de estos enfoques, especialmente en términos de gestión educativa y políticas institucionales. En conclusión, integrar el emprendimiento productivo con el desarrollo comunitario en la formación universitaria representa una apuesta crítica por una educación más justa, participativa y orientada al bien común.

Descriptores: Emprendimiento productivo, desarrollo comunitario, contextos académicos universitarios

Reseña Biográfica. MSc. Ana Carolina Torreyes. Lcda. Contaduría Pública, UNELLEZ. Lcda. Educación, mención Docencia Agropecuaria, UNESR. Diplomado: Educación Universitaria, IPLAC. MSc. Administración, mención Gerencia General, UNELLEZ. Estudiante de Doctorado en Educación, UNESR. Dra. Mery Josefina Mirabal Olivero. Lcda. Educación, mención Orientación, UNESR. MSc. Ciencias de la Educación, mención Docencia Universitaria, UNELLEZ. MSc. Tecnología y diseño educativo, UNESR. Dra. Ciencias de la Educación – UBA

THE CONNECTION BETWEEN PRODUCTIVE ENTREPRENEURSHIP AND COMMUNITY DEVELOPMENT IN UNIVERSITY ACADEMIC CONTEXTS

 

Authors: Ana Carolina Torreyes, MSc.

Email: actjuvencia1@gmail.com

ORCID Code: 0009-0009-2874-0143

Dr. Mery Josefina Mirabal Olivero

Email: josefmir.22@gmail.com

ORCID Code: 0009-0007-1914-1849

Line of Research: Curriculum, training and pedagogical innovation

 

 

ABSTRACT

This bibliographical documentary research sought to analyze the connection between productive entrepreneurship and community development in university academic contexts, with the purpose of understanding how these concepts can be integrated to strengthen the social function of higher education. The study was developed under an interpretive-critical paradigm and utilized a qualitative methodology based on a systematic review of relevant bibliographic sources, utilizing conceptual and comparative analysis techniques. The results showed that productive entrepreneurship should not be limited to its economic dimension but can become a pedagogical tool that promotes civic education and social engagement. Community development, for its part, emerges as an ethical and political horizon that demands community participation and institutional co-responsibility. In turn, university academic contexts, understood as complex sociocultural spaces, are key to articulating both concepts through inclusive and transformative educational practices. The discussion reveals consensus among authors such as Freire, Flecha, and Coraggio regarding the need to rethink the university as an actor committed to social justice. However, challenges are also identified in the actual implementation of these approaches, especially in terms of educational management and institutional policies. In conclusion, integrating productive entrepreneurship with community development in university education represents a critical commitment to a more just, participatory, and common-good education.

Descriptors: Productive entrepreneurship, community development, university academic contexts

Biographical Summary: Ana Carolina Torreyes, MSc. Public Accounting, UNELLEZ. Education, Agricultural Teaching, UNESR. Diploma: University Education, IPLAC. Administration, General Management, UNELLEZ. PhD Student in Education, UNESR. Mery Josefina Mirabal Olivero, Ph.D. Education, Guidance, UNESR. Education Sciences, University Teaching, UNELLEZ. Educational Technology and Design, UNESR. PhD in Educational Sciences – UBA

 

 

 

 

 

Introducción

 

En un mundo marcado por profundos desafíos sociales, económicos y ambientales, la educación universitaria se encuentra en un cruce de caminos: puede seguir reproduciendo modelos tradicionales centrados en la formación técnica aislada, o asumir un papel protagónico en la transformación social mediante la integración del conocimiento académico con las necesidades reales de las comunidades. En este sentido, el emprendimiento productivo, entendido no solo como la creación de empresas lucrativas, sino como un proceso de generación de valor colectivo basado en la innovación, la responsabilidad social y la sostenibilidad, emerge como un eje fundamental para repensar la función social de la universidad.

De modo que, la gerencia educativa, en tanto disciplina que articula lo pedagógico, lo organizativo y lo social, nos invita a explorar nuevas formas de gestionar los procesos formativos, donde la academia no esté desconectada de su entorno, en cambio; se convertirá en un motor activo de cambio. Es aquí donde el desarrollo comunitario entra en escena como horizonte ético y práctico de toda acción educativa comprometida. No se trata ya de formar profesionales para el mercado, sino ciudadanos capaces de incidir positivamente en sus comunidades, identificando problemas locales, diseñando soluciones creativas e implementando proyectos que integran aprendizaje, producción y transformación social.

Este vínculo entre emprendimiento productivo y desarrollo comunitario en contextos académicos universitarios no es casual; más bien, responde a una necesidad urgente de reconstruir los sentidos de la educación universitaria en clave emancipadora.  Por lo que, numerosas experiencias educativas han demostrado cómo la vinculación entre estudiantes, docentes e instituciones con sectores vulnerables o marginados ha permitido no solo fortalecer capacidades técnicas y blandas en los futuros profesionales, sino fomentar valores como la solidaridad, la equidad y la justicia social.

Por ello, resulta pertinente revisar, desde una mirada crítica y constructiva, cómo se está dando esta interacción en diferentes realidades universitarias, qué modelos están siendo exitosos, cuáles son sus bases pedagógicas y cómo pueden ser replicados o mejorados bajo principios de inclusión, sostenibilidad y empoderamiento local. Esta introducción inicia una reflexión documental que busca comprender el impacto formativo y social del emprendimiento productivo cuando se inserta orgánicamente en los procesos académicos universitarios orientados al desarrollo comunitario.

 

 

Desarrollo

 

Emprendimiento Productivo

 

El emprendimiento productivo no se limita únicamente a la creación de empresas o iniciativas comerciales; va más allá al integrar dimensiones sociales, pedagógicas y comunitarias que buscan generar valor colectivo, sostenible y transformador. Por lo que, en contextos universitarios, este tipo de emprendimiento se convierte en una herramienta educativa poderosa que permite articular conocimientos teóricos con prácticas significativas orientadas al desarrollo local y comunitario. En tal sentido, Villasmil (2014, 32), señala que “El emprendimiento productivo no solo implica la generación de riqueza, sino también el fortalecimiento de capacidades individuales y colectivas que permiten a las personas insertarse activamente en su entorno económico y social”.  En este marco de ideas, plantea una visión integral del emprendimiento, alejada del enfoque puramente comercial. Para él, el emprendimiento productivo debe entenderse como un proceso formativo que moviliza competencias, habilidades y valores en contextos reales. Este autor enfatiza la importancia de desarrollar en los estudiantes no solo habilidades técnicas, sino también una conciencia crítica que les permita incidir positivamente en sus comunidades.

Asimismo, González (2017,89), resalta que “Emprender productivamente significa crear soluciones innovadoras a problemas reales, teniendo como horizonte el bien común y la justicia social”.  Visto de esta forma, introduce una dimensión ética y social que amplía el concepto tradicional de emprendimiento. En su visión, el emprendimiento productivo no puede desconocer su impacto en la comunidad ni su responsabilidad hacia ella. Esta postura resulta especialmente relevante en contextos universitarios donde se busca formar profesionales comprometidos con el desarrollo local y equitativo.  A su vez, Matus (2005, 121), destaca que “Emprender es gestionar el futuro posible, anticipándose a los problemas y construyendo alternativas viables desde la acción organizada”. Aunque el autor no utiliza explícitamente el término "emprendimiento productivo", su mirada estratégica y prospectiva aporta una base sólida para entender cómo este tipo de emprendimiento puede ser una herramienta de gestión del cambio social. Su visión del emprendimiento es una respuesta a las necesidades actuales, a la vez que orienta la construcción de futuros posibles mediante la organización, el liderazgo y la innovación.

 

Por consiguiente, estos tres enfoques convergen en considerar el emprendimiento productivo como más que una actividad económica: es un proceso pedagógico, social y estratégico que involucra la formación integral del individuo y su relación con el entorno. Mientras Villasmil resalta el carácter formativo y comunitario, González le otorga una clara dimensión ética y social, y Matus lo proyecta como una herramienta de gestión y transformación del futuro. Juntos, conforman una visión multidimensional del emprendimiento productivo que puede guiar políticas educativas, modelos curriculares y estrategias institucionales en el ámbito universitario.

De esta forma, el emprendimiento productivo se configura como una respuesta educativa y social ante los desafíos contemporáneos. Por ello, no se trata únicamente de fomentar el espíritu empresarial, sino de desarrollar capacidades ciudadanas, éticas y transformadoras que vinculen el conocimiento académico con el desarrollo comunitario. A su vez, la academia tiene en esta idea una oportunidad única para repensar su rol social y contribuir a la formación de líderes conscientes, capaces de imaginar y construir realidades más justas e incluyentes.

 

Desarrollo comunitario

 

El desarrollo comunitario es un proceso dinámico, participativo y sostenible orientado al fortalecimiento de las capacidades locales para mejorar la calidad de vida de las personas dentro de un territorio determinado. De esta forma, en contextos universitarios, este concepto adquiere relevancia como eje articulador entre la formación académica y la responsabilidad social institucional. Siendo así, no se trata solo de resolver necesidades inmediatas, sino de construir relaciones horizontales entre la academia y la comunidad, fomentando procesos educativos que empoderen a los sujetos y promuevan cambios estructurales.

Para comprender su significado profundo y sus implicaciones prácticas, se recurre a tres autores representativos, quienes, desde perspectivas pedagógicas, sociopolíticas y latinoamericanas, han abordado el desarrollo comunitario como un proyecto ético y transformador. Entre ellos, Freire (2002, 67), quien destaca que "La educación no transforma la sociedad, pero tampoco puede permanecer ajena a esta transformación. El desarrollo comunitario debe ser una práctica pedagógica que potencie la conciencia crítica y la acción colectiva". En efecto, para este autor, el desarrollo comunitario no es un proceso técnico ni asistencialista, sino profundamente pedagógico y político. 

 

En realidad, implica la construcción de conocimientos compartidos, el diálogo constante con las comunidades y el acompañamiento en procesos de toma de conciencia. De igual modo, invita a repensar la participación universitaria no como una intervención externa, sino como un acto de corresponsabilidad educativa y social.

            Igualmente, Martínez Heredia (2009, 112), señala que “El verdadero desarrollo comunitario surge cuando la comunidad se convierte en sujeto activo de su propio destino, dejando de ser objeto de políticas ajenas”.  Así pues, resalta la importancia del protagonismo comunitario como núcleo del desarrollo. En este sentido, su visión crítica del desarrollo tradicional permite distinguir entre iniciativas que refuerzan la dependencia y aquellas que impulsan la autonomía local. Desde esta óptica, el rol de la universidad no es "dar soluciones", sino facilitar procesos donde las comunidades identifiquen sus propias potencialidades y diseñen sus rutas de crecimiento.

            Del mismo modo, Coraggio (2005, 45), destaca que “Hablamos de desarrollo comunitario cuando se prioriza la economía social, la participación ciudadana y la reproducción de tejidos sociales fuertes sobre los intereses del mercado”. Conforme a lo expuesto, incorpora una dimensión económica y política en el desarrollo comunitario, sugiriendo modelos alternativos fundamentados en la economía solidaria, la gestión colectiva y la justicia distributiva. Esta perspectiva es fundamental para comprender cómo el emprendimiento productivo puede integrarse en comunidades sin reproducir lógicas extractivas o mercantilistas, sino fomentando modos de producción inclusivos y sostenibles.

Por esta razón, los tres autores coinciden en redefinir el desarrollo comunitario más allá de indicadores económicos o proyectos asistencialistas. Freire lo entiende como una praxis educativa liberadora, Martínez Heredia lo plantea como un proceso de autogestión y empoderamiento, mientras que Coraggio lo vincula a una nueva racionalidad económica y social. Por lo que, unidos conforman una visión integral del desarrollo comunitario que no solo busca mejorar las condiciones materiales, sino transformar estructuras de poder, fomentar la participación y construir tejido social resistente. Visto así, desde la dirección educativa, estos elementos son esenciales para crear estrategias que incorporen el desarrollo comunitario en los planes de estudio universitarios, asegurando que las actividades de vinculación social sean coherentes con los principios de equidad, justicia y sostenibilidad.

Por supuesto que, el desarrollo comunitario representa un paradigma ético y transformador que desafía a la educación superior a repensar su función social. De este modo, no se limita a ejecutar proyectos técnicos o asistenciales, sino que implica acompañar procesos de aprendizaje colectivo, empoderamiento ciudadano y construcción de futuros posibles. También, es un proceso que exige compromiso, humildad y escucha activa por parte de las instituciones educativas, y constituye un horizonte irrenunciable para toda universidad que aspira a ser promotora de desarrollo humano integral.

 

Contextos Académicos Universitarios

Los contextos académicos universitarios no son solo espacios físicos donde se imparten clases o se realizan investigaciones; son entornos complejos donde se entrelazan prácticas pedagógicas, estructuras organizativas, relaciones sociales y valores culturales. En ellos se construyen conocimientos, identidades profesionales y también se reproducen o transforman la sociedad. Por eso, comprender estos contextos implica analizar no solo lo que ocurre dentro del aula, sino cómo la institución universitaria interactúa con sus estudiantes, docentes, comunidades y entorno socioeconómico. A continuación, se presenta una síntesis conceptual basada en las ideas de quienes ofrecen visiones complementarias sobre el papel de la universidad como contexto formativo y espacio de construcción social del conocimiento.

En este orden de ideas, Sáenz Obregón (2010, 47) manifiesta que “La universidad no es un espacio neutro ni aislado; es un contexto sociocultural donde se producen y reproducen significados, prácticas y relaciones de poder que influyen directamente en los procesos de enseñanza-aprendizaje”. Por lo que plantea que los contextos académicos universitarios están profundamente influenciados por factores sociales, culturales e históricos. De tal modo que, no se limitan a transmitir conocimientos técnicos, en cambio; forman parte de una dinámica más amplia donde se construyen subjetividades, identidades profesionales y formas de relacionarse con el mundo. En este marco de ideas, invita a repensar la universidad como un escenario activo de producción cultural y no únicamente de capacitación técnica.  De tal manera que, este autor resalta la importancia de reconocer que cada estudiante vive el contexto académico desde realidades diversas, lo cual impacta en su desempeño, motivación y sentido de pertenencia. Por tanto, para diseñar estrategias educativas efectivas, es fundamental considerar las dimensiones simbólicas, afectivas y sociales del entorno universitario.

Asimismo, Flecha (2005, 132), plantea que “Los contextos académicos deben convertirse en espacios de diálogo igualitario donde todos los participantes tengan voz y capacidad de transformar las prácticas educativas”. Desde la perspectiva del autor, los contextos académicos universitarios no deben ser espacios de transmisión vertical del conocimiento, sino de interacción dialógica entre estudiantes, docentes y otros actores. Su visión se alinea con la teoría de las comunidades de aprendizaje, donde el saber se construye colectivamente, valorando las experiencias previas y promoviendo la participación.

Esta mirada tiene implicaciones profundas en la gestión educativa: si los contextos universitarios se conciben como espacios de intercambio y equidad, entonces se requiere replantear roles, metodologías, currículos y formas de evaluación. De tal modo que, la universidad deja de ser un lugar exclusivo de reproducción de saberes establecidos para convertirse en un laboratorio de innovación social y pedagógica. Por ello, ambos autores coinciden en que los contextos académicos universitarios trascienden la mera transmisión de conocimientos técnicos. Mientras Sáenz Obregón enfatiza su naturaleza sociocultural y política, Flecha destaca su potencial como espacios de diálogo y transformación. Juntos, conforman una visión crítica y constructiva del rol de la universidad en la formación integral de las personas. Visto desde esta perspectiva, desde la gerencia educativa, este enfoque implica asumir una postura activa en la gestión de los entornos académicos: diseñar políticas inclusivas, promover metodologías participativas y garantizar condiciones de equidad que permitan a todos los estudiantes desarrollar su máximo potencial.

Por lo que, los contextos académicos universitarios son espacios multidimensionales donde se entrecruzan lo pedagógico, lo social, lo político y lo cultural. Por lo tanto, en lugar de ser simples espacios educativos, son entornos dinámicos donde se desarrollan identidades, se refuerzan habilidades ciudadanas y se crean acciones de cambio. De este modo, abordarlos desde perspectivas críticas y participativas facilita la redefinición de la misión de la educación universitaria, dirigiéndola hacia modelos más equitativos, colaborativos y transformadores.

 

Metodología

La presente investigación se inscribió dentro del paradigma interpretativo-crítico, fundamentado en una concepción constructivista del conocimiento, donde los saberes no son neutros ni objetivos, más bien están influenciados por contextos históricos, sociales y culturales.

Este paradigma “permite comprender fenómenos educativos complejos desde una mirada crítica, reflexiva y comprometida con la transformación social” (Guba y Lincoln, 2002, 45). De esta manera, este paradigma es especialmente relevante para abordar temas como el emprendimiento productivo y el desarrollo comunitario, cuyas dimensiones éticas, pedagógicas y políticas requieren un análisis contextualizado y crítico.

El tipo de investigación corresponde a una revisión documental bibliográfica cualitativa, según la clasificación de Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucio (2019, 77), quienes definen este tipo de investigación como aquella que “se basa en la revisión y análisis de documentos escritos o fuentes secundarias que contienen información relevante sobre un tema específico”. Este tipo de investigación permite: Revisar y sintetizar literatura existente sobre el tema, analizar conceptos y teorías relacionadas con el emprendimiento productivo y el desarrollo comunitario y establecer relaciones entre los conceptos y su aplicación en contextos universitarios.

Para la recolección de información se utilizaron técnicas de búsqueda sistemática y selectiva, enfocadas en la identificación de autores claves y fuentes confiables. Según Krippendorff (2018, 79) “La búsqueda documental debe ser rigurosa, transparente y replicable, priorizando fuentes académicas validadas y de acceso público”.  Las estrategias empleadas fueron:

Consulta en bases de datos especializados: Scielo, Dialnet, Redalyc, Google Académico, ProQuest, EBSCO. Uso de descriptores como: emprendimiento productivo, desarrollo comunitario, responsabilidad social universitaria, contextos académicos, vinculación universitaria Selección de autores referentes en educación crítica, gerencia educativa y estudios latinoamericanos (Freire, Coraggio, Villasmil, Flecha, entre otros). Inclusión de documentos oficiales de instituciones educativas y redes de investigación vinculadas al tema.

Para el manejo de la información recolectada se utilizaron métodos de análisis conceptual y temático, de acuerdo con las sugerencias de López-Wig (2016, 115), quien menciona que: “El análisis documental consiste en clasificar, comparar y resumir contenidos para desarrollar una narrativa crítica y coherente sobre el objeto de estudio”.  Por consiguiente, los pasos seguidos fueron: Codificación temática: agrupación de fragmentos de texto según ejes temáticos (ej.: emprendimiento, comunidad, contexto universitario). Comparación entre autores: identificación de coincidencias, diferencias y complementariedades en los planteamientos teóricos.

Síntesis crítica: construcción de argumentos integradores que permiten avanzar en la comprensión del vínculo entre los conceptos claves. Interpretación situada: estudio de las consecuencias prácticas y educativas de los conceptos en entornos universitarios. Esta metodología aseguró que el análisis no fuera únicamente descriptivo, sino también profundamente reflexivo e integrador, valioso para sustentar investigaciones posteriores o iniciativas educativas innovadoras. Por consiguiente, esta investigación se llevó a cabo bajo un enfoque interpretativo y crítico, empleando una metodología documental cualitativa, con métodos de búsqueda sistemática y análisis conceptual.

De este modo, la elección de este enfoque metodológico responde a la necesidad de comprender, desde una perspectiva crítica y pedagógica, cómo se articulan el emprendimiento productivo y el desarrollo comunitario en los contextos académicos universitarios. Este tipo de metodología posibilita sentar las bases teóricas sólidas para futuras investigaciones empíricas o intervenciones educativas.

 

Resultados

La revisión documental realizada permitió identificar cómo diversos autores abordan el vínculo entre emprendimiento productivo, desarrollo comunitario y contextos académicos universitarios desde perspectivas interdisciplinarias. A continuación, se presenta un análisis comparativo que resalta puntos de encuentro, tensiones teóricas y aportes complementarios entre los autores seleccionados.

1.                  Coincidencias en torno al rol transformador de la educación universitaria: Un primer punto común es la visión crítica sobre la función de la universidad. Autores como Freire (2002) y Flecha (2005) coinciden en que la educación no debe ser neutral ni reproductiva de estructuras sociales injustas, en cambio debe asumir un rol activo en la transformación social. Esta idea se refleja en frases como: “La educación no transforma la sociedad, pero tampoco puede permanecer ajena a esta transformación” (Freire, 2002, 67).  Y también en: “Los contextos académicos deben convertirse en espacios de diálogo igualitario donde todos los participantes tengan voz y capacidad de transformar las prácticas educativas” (Flecha, 2005, 132).  Ambos autores subrayan la importancia de construir comunidades educativas donde el conocimiento sea colectivo, crítico y orientado hacia la justicia

 

social, lo cual es fundamental para entender cómo el emprendimiento productivo puede insertarse como herramienta pedagógica en contextos universitarios.

2. Convergencia en la necesidad de participación comunitaria: Otro aspecto compartido es el énfasis en la participación de las comunidades como eje central del desarrollo. Tanto Martínez Heredia (2009) como José Luis Coraggio (2005) destacan que el verdadero desarrollo comunitario no puede realizarse sin empoderamiento local y autogestión. Sus conceptos se integran de esta manera: “El auténtico desarrollo comunitario emerge cuando la comunidad se transforma en protagonista de su propio futuro, abandonando su rol como objeto de políticas externas” (Martínez Heredia, 2009, 112). "Se aborda el desarrollo comunitario cuando se da prioridad a la economía social, la participación de los ciudadanos y el fortalecimiento de las redes sociales por encima de los intereses del mercado" (Coraggio, 2005, 45). Estas perspectivas concuerdan en rechazar modelos de asistencia y en sugerir enfoques emancipadores, donde la universidad no se posiciona como un agente externo que impone soluciones, sino como un acompañante en la construcción colectiva.

3. Diferencias en el enfoque del emprendimiento productivo: Aunque hay convergencias importantes, también existen matices en la forma en que los autores entienden el emprendimiento productivo. Por ejemplo: “El emprendimiento productivo no solo implica la generación de riqueza, sino también el fortalecimiento de capacidades individuales y colectivas que permiten a las personas insertarse activamente en su entorno económico y social” (Villasmil, 2014, 32).  Esta orientación, más pedagógica, contrasta parcialmente con el planteamiento de Matus (2005), quien lo concibe desde una lógica estratégica y prospectiva: “Emprender es gestionar el futuro posible, anticipándose a los problemas y construyendo alternativas viables desde la acción organizada” (Matus, 2005, 121).  Mientras Villasmil enfatiza el proceso educativo y comunitario, Matus se enfoca en la organización y administración del cambio. Estas diferencias no son opuestas, sino que se complementan: una perspectiva se centra en el impacto educativo, mientras que la otra en la administración estratégica. Combinar ambas visiones facilita la creación de proyectos de emprendimiento productivo que sean más robustos y perdurables a lo largo del tiempo.

4. Complementariedad en la comprensión de los contextos universitarios.  En relación con los contextos académicos universitarios, Javier Sáenz Obregón (2010) y Ramón Flecha (2005) ofrecen lecturas que, aunque diferentes, pueden articularse de manera efectiva:

 

“La universidad no es un espacio neutro ni aislado; es un contexto sociocultural donde se producen y reproducen significados, prácticas y relaciones de poder que influyen directamente en los procesos de enseñanza-aprendizaje” (Sáenz Obregón, 2010, 47).  “Los contextos académicos deben convertirse en espacios de diálogo igualitario donde todos los participantes tengan voz y capacidad de transformar las prácticas educativas” (Flecha, 2005, 132).  Si bien Sáenz Obregón alerta sobre los condicionamientos estructurales y simbólicos de los contextos universitarios, Flecha propone estrategias pedagógicas que rompan con dichas dinámicas, promoviendo la equidad y la participación. Juntos, ofrecen una visión integral que permite tanto analizar los desafíos como imaginar alternativas de mejora.

En síntesis, el análisis comparativo entre los autores revela que: El emprendimiento productivo puede concebirse desde una dimensión pedagógica (Villasmil) o estratégica (Matus), siendo ambos enfoques útiles según el tipo de intervención. El desarrollo comunitario requiere de procesos participativos y empoderadores (Martínez Heredia, Coraggio), donde la universidad actúa como facilitadora, no como impositora. Los contextos académicos universitarios son escenarios complejos que deben repensarse desde una lógica crítica y dialógica (Freire, Flecha, Sáenz Obregón), integrando diversidad, inclusión y corresponsabilidad social. Estos hallazgos teóricos permiten sustentar una aproximación educativa que artículo emprendimiento, comunidad y formación universitaria bajo principios de equidad, sostenibilidad y transformación social.

Del mismo modo, el vínculo entre emprendimiento productivo y desarrollo comunitario en contextos universitarios no solo es posible, sino necesario. Este cruce permite a las instituciones de educación superior asumir un papel protagónico en la transformación social, integrando conocimientos técnicos con valores humanistas y prácticas colaborativas. Más allá de generar empleo o dinamizar economías locales, se trata de formar líderes con visión crítica, sensibilidad social y compromiso comunitario. De tal modo que, la gerencia educativa, por su parte, debe garantizar que estas iniciativas estén bien gestionadas, evaluadas y sostenidas en el tiempo, asegurando que el impacto sea genuino, participativo y sostenible. Solo así, la universidad podrá cumplir plenamente con su función social y contribuir a la construcción de sociedades más justas y solidarias.

 

 

 

 

 

Discusión

 

La revisión documental desarrollada permitió identificar una serie de dimensiones conceptuales, éticas y prácticas que dan forma al vínculo entre emprendimiento productivo, desarrollo comunitario y contextos académicos universitarios. Esta interrelación no solo refleja un interés creciente por parte de las instituciones de educación superior por asumir su responsabilidad social, sino la necesidad de repensar modelos educativos más integradores, participativos y transformadores. Desde una perspectiva pedagógica, el emprendimiento productivo se configura como una estrategia formativa que va más allá de la generación de competencias técnicas. Autores como Villasmil (2014, 78) resaltan que “este tipo de emprendimiento debe entenderse como un proceso de fortalecimiento de capacidades individuales y colectivas, donde el aprendizaje se construye desde la acción real y comprometida en contextos sociales concretos”.  Lo cual se complementa con la visión crítica de Matus (2005, 78), quien lo concibe como “una metodología estratégica para gestionar futuros posibles”. Por lo tanto, la combinación de ambos enfoques sugiere que el emprendimiento productivo puede ser tanto un espacio de construcción de subjetividades ciudadanas como una herramienta de planificación comunitaria sostenible.  Sin embargo, persisten ciertas tensiones: ¿cómo evitar que estos procesos terminen replicando lógicas mercantilistas bajo el disfraz del "emprendimiento social"? Como señala Coraggio (2005, 75), “es fundamental que el emprendimiento productivo esté centrado en la economía social y la justicia distributiva, evitando su instrumentalización puramente económica”.

De la misma manera, el análisis del desarrollo comunitario revela que su potencial transformador depende en gran medida de cómo se articula con los procesos educativos universitarios. Autores como Heredia (2009, 88) advierten que “el verdadero desarrollo comunitario surge cuando las comunidades se convierten en sujetos activos de sus propios destinos, dejando de ser meros receptores de proyectos externos”. Este planteamiento cuestiona directamente el rol tradicional de la universidad como agente externo que diseña e implementa soluciones. En lugar de ello, se propone un modelo donde la academia actúa como acompañante, facilitador y corresponsable en procesos de autogestión comunitaria, esto implica un cambio profundo en las políticas de vinculación social universitaria.

 

 

Además, Freire (2002, 33) introduce una dimensión pedagógica insoslayable: “el desarrollo comunitario no puede desconocer la importancia de la conciencia crítica como motor de transformación”. Por ello, no basta con resolver problemas inmediatos; es necesario generar procesos de toma de conciencia que empoderen a las comunidades para que ellas mismas diseñen sus rutas de desarrollo.

De esta manera, los contextos académicos universitarios, tal como los describe Sáenz Obregón (2010, 77), “son entornos socioculturales complejos donde se producen y reproducen relaciones de poder, significados y prácticas pedagógicas”. Este autor alerta sobre la necesidad de reconocer la diversidad cultural y social de los estudiantes, así como las dinámicas simbólicas que operan dentro de la institución.  Por su parte, Flecha (2005, 66) propone que “estos contextos deben convertirse en espacios de diálogo igualitario, donde todos los participantes tengan voz y capacidad de transformar las prácticas educativas”. Esta visión está alineada con la idea de que la universidad no debe formar profesionales aislados, sino ciudadanos conscientes y comprometidos con su entorno. En este sentido, la gestión educativa juega un rol clave: diseñar currículos, metodologías y estrategias institucionales que integren el emprendimiento productivo y el desarrollo comunitario como ejes transversales de la formación universitaria.

Por lo tanto, al integrar los aportes de los autores revisados, se percibe una tendencia clara hacia una redefinición de la función social de la universidad, alejada de visiones tecnicistas o asistencialistas. El emprendimiento productivo, cuando se inserta orgánicamente en procesos de desarrollo comunitario y se gestiona desde contextos académicos inclusivos, puede convertirse en un motor de transformación social y pedagógica.

Sin embargo, continúan existiendo desafíos significativos: La ausencia de políticas institucionales definidas que apoyen estos procesos, la oposición de ciertos sectores académicos a reconsiderar modelos tradicionales de enseñanza, y la dificultad para evaluar el impacto cualitativo y sostenible de estas iniciativas. Estas restricciones no desestiman el enfoque, sino que fomentan la reflexión sobre estrategias de mejora continua, evaluación colectiva y capacitación docente enfocada en la gestión de proyectos socioeducativos.

De tal manera que, el vínculo entre emprendimiento productivo y desarrollo comunitario en contextos académicos universitarios representa una apuesta pedagógica y ética que trasciende lo

 

 técnico. Es un llamado a repensar la universidad como espacio de encuentro, participación y transformación social. Si bien existen desafíos en su implementación, los marcos teóricos disponibles ofrecen bases sólidas para seguir avanzando en esta dirección, integrando conocimientos, valores y prácticas colaborativas que responden a las demandas reales de las comunidades y del mundo contemporáneo.

 

Conclusiones

 

La revisión y análisis documental realizados permitió afirmar que el vínculo entre emprendimiento productivo, desarrollo comunitario y contextos académicos universitarios no solo es viable, sino necesario en un momento histórico en el que se demanda a la educación universitaria asumir su responsabilidad social y pedagógica con mayor compromiso ético y político. Desde una perspectiva crítica y transformadora, el emprendimiento productivo deja de ser únicamente una herramienta económica para convertirse en un proceso educativo que moviliza competencias técnicas, valores ciudadanos y habilidades colaborativas. Como lo han planteado autores como Villasmil (2014) y Matus (2005), este tipo de emprendimiento debe enfocarse no solo en la generación de riqueza, sino en la construcción colectiva de alternativas sostenibles y justas para comunidades vulnerables o marginadas.

Por otro lado, el desarrollo comunitario, entendido desde enfoques emancipadores y participativos; como los propuestos por Martínez Heredia (2009) y Coraggio (2005), reafirma la importancia de que las comunidades sean sujetos activos de sus procesos de cambio. Esto implica que las instituciones universitarias deben dejar de actuar como agentes externos que imponen soluciones, para convertirse en facilitadoras de procesos donde las comunidades identifiquen sus necesidades, potencialidades y estrategias de acción colectiva.

En cuanto a los contextos académicos universitarios, su rol trasciende el mero espacio físico de enseñanza; son entornos socioculturales complejos donde se construyen subjetividades, identidades profesionales y relaciones de poder. Tal como señalan Sáenz Obregón (2010) y Flecha (2005), estos espacios deben resignificarse como ambientes de diálogo igualitario, participación democrática y aprendizaje colaborativo, donde el conocimiento fluya entre estudiantes, docentes y comunidades en condiciones de equidad.

 

En definitiva, desde la gerencia educativa, esta interrelación entre conceptos representa una oportunidad para repensar modelos de gestión institucional que integren principios de inclusión, sostenibilidad y corresponsabilidad social. De hecho, no se trata solo de insertar nuevos contenidos curriculares, sino de transformar prácticas pedagógicas, estructuras organizativas y formas de vinculación con el entorno. Por lo tanto, el emprendimiento productivo orientado al desarrollo comunitario en contextos académicos universitarios puede convertirse en un eje estratégico para la formación integral de futuros profesionales comprometidos con la transformación social. Siendo así, no solo responde a demandas sociales actuales, acaso que cumple con la misión histórica de la educación universitaria: formar ciudadanos críticos, solidarios y capaces de imaginar y construir realidades más justas e incluyentes.

 

Referencias

Coraggio, José Luis. Hacia una teoría del desarrollo comunitario. Buenos Aires: CLACSO, 2005.

Flecha, Ramón. Comunidades de aprendizaje: una experiencia de transformación educativa. Barcelona: Octaedro, 2005.

Freire, Paulo. Pedagogía de la autonomía. São Paulo: Paz e Terra, 2002.

González, María Teresa. Emprendimiento social y educación. Madrid: Editorial UCM, 2017.

Guba, Ego G. y Yvonne S. Lincoln. Paradigmas en competencia en la investigación cualitativa. En Handbook of Qualitative Research, editado por Norman K. Denzin y Yvonna S. Lincoln, 105–117. Thousand Oaks: Sage, 2002.

Hernández Sampieri, Roberto, Carlos Fernández Collado y Pilar Baptista Lucio. Metodología de la investigación. México DF: McGraw-Hill, 2019.

Krippendorff, Klaus. Análisis de contenido: Introducción a su metodología. Thousand Oaks: Sage Publications, 2018.

López-Wig, María Elena. Investigación documental: métodos y aplicaciones. Madrid: Editorial CCS, 2016.

Martínez Heredia, Manuel. Desarrollo comunitario y participación ciudadana. La Habana: Editorial Ciencias Sociales, 2009.

Matús, Carlos. Planeamiento estratégico y gestión del cambio. Caracas: Nueva Sociedad, 2005.

Sáenz Obregón, Javier. Contextos educativos y diversidad cultural. Madrid: Editorial CCS, 2010.

Villasmil, Gustavo. Emprendimiento y desarrollo humano. Caracas: Ediciones IESA, 2014.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para: Dra. María Fernández

Directora de la Revista Científica CIENCIAEDUC

 Estimada doctora:

Es un agrado dirigirme a usted con la intención de solicitar la publicación del Artículo en la Revista Científica CIENCIAEDUC

Título: VÍNCULO ENTRE EMPRENDIMIENTO PRODUCTIVO Y DESARROLLO COMUNITARIO EN CONTEXTOS ACADÉMICOS UNIVERSITARIOS

Autoras: MSc. Ana Carolina Torreyes y Dra. Mery Josefina Mirabal Olivero

Institución: Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez”

Dirección: Barrio Libertador, Biruaca, Estado Apure  y Calle Plaza, San Fernando, estado Apure

No. Telefónico: 0414-4499634  y  0414-4884566

Correo: actjuvencia1@gmail.com  y   josefmir.22@gmail.com

Declaro que este artículo es original, no ha sido enviado ni diligenciado a ninguna Revista, por lo que no incurre en algún conflicto de intereses, por lo tanto, el artículo es original.

 

Cordialmente: MSc. Ana Carolina Torreyes y  Dra. Mery Josefina Mirabal Olivero

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