La Gestión Educativa desde una Mirada Transdisciplinaria: Explorando los Procesos Socioformativos y su Contexto Político

 

Autora: MSc. Lismar Yamileth Solano

Correo: lismarsolanosolano@gmail.com

Código ORCID:0009-0001-5879-3790

Línea de Investigación: Currículo, Formación e Innovación Pedagógica

 

Como citar este artículo: Lismar Yamileth Solano “La Gestión Educativa desde una Mirada Transdisciplinaria: Explorando los Procesos Socioformativos y su Contexto Político” (2025), (1,13)

Recibido: 02/04/2025       Revisado: 17/04/2025        Aceptado: 19/04/2025

 

 

RESUMEN

 

Este estudio tuvo como objetivo general analizar la gestión educativa desde una mirada transdisciplinaria, explorando cómo los procesos socioformativos se desarrollan en el contexto político actual. Se busca comprender cómo este enfoque puede enriquecer la práctica de la gestión educativa, integrando saberes diversos y respondiendo a las complejidades sociales y políticas contemporáneas. La metodología utilizada fue documental bibliográfica, cualitativa, basada en la revisión crítica y sistemática de fuentes académicas, libros, artículos científicos y documentos oficiales. Se aplicó un análisis reflexivo y comparativo que permitió identificar y relacionar las principales perspectivas teóricas sobre gestión educativa, transdisciplinariedad, procesos socioformativos y contexto político. Los resultados muestran que la gestión educativa requiere un enfoque integral y flexible, que contemple la complejidad y diversidad de los contextos actuales. Autores como Morin (2005) y Nicolescu (2002) destacan la necesidad de superar las barreras disciplinarias para articular saberes y prácticas. Por otro lado, Tedesco (2006) y Bernstein (2000) subrayan la importancia de considerar las dimensiones socioformativas y las relaciones de poder que atraviesan la educación. Apple (2013) aporta una visión crítica sobre el impacto de las políticas educativas en la gestión. En la discusión, se resaltó que la gestión educativa transdisciplinaria es una respuesta estratégica para enfrentar desafíos complejos, pero implica retos como la formación de gestores con pensamiento crítico y habilidades para mediar en contextos políticos. Finalmente, las conclusiones enfatizan la urgencia de promover una gestión educativa que sea ética, inclusiva y transformadora, capaz de integrar múltiples saberes y actores para contribuir a una educación justa y relevante.

 

Descriptores: Gestión Educativa, Mirada Transdisciplinaria, Explorando, Procesos Socioformativos, Contexto Político.

Reseña Biográfica. Doctorante en Ciencias de la Educación. UNESR.     Magister en Orientación Educativa – UNERG. Licenciado en Educación Integral – UNA. Ejercicio profesional actual: Coordinadora Territorial de Municipio Educativo.  APU0201011 Biruaca-Estado Apure. Dirección de habitación: Urb. El Merecure sector IV. Calle 14 casa 36.

 

 

Educational Management from a Transdisciplinary Perspective: Exploring Socioformative Processes and their Political Context

Author: Lismar Yamileth Solano, MSc.
Email: lismarsolanosolano@gmail.com
ORCID Code: 0009-0001-5879-3790

Line of Research: Curriculum, Training and Pedagogical Innovation

 

How to cite this article: Lismar Yamileth Solano “Educational Management from a Transdisciplinary Perspective: Exploring Socioformative Processes and their Political Context” (2025), (1,13)

Received: 04/02/2025     Revised: 04/17/2025     Accepted: 04/19/2025

ABSTRACT

This study aimed to analyze educational management from a transdisciplinary perspective, exploring how socioformative processes develop within the current political context. The objective was to understand how this approach can enrich educational management practice by integrating diverse knowledge and responding to contemporary social and political complexities. The methodology was qualitative documentary bibliographic research based on a critical and systematic review of academic sources, books, scientific articles, and official documents. A reflective and comparative analysis was applied to identify and relate the main theoretical perspectives on educational management, transdisciplinarity, socioformative processes, and political context. The results show that educational management requires an integral and flexible approach that contemplates the complexity and diversity of current contexts. Authors such as Morin (2005) and Nicolescu (2002) highlight the need to overcome disciplinary barriers to articulate knowledge and practices. On the other hand, Tedesco (2006) and Bernstein (2000) emphasize the importance of considering socioformative dimensions and power relations that permeate education. Apple (2013) offers a critical view on the impact of educational policies on management. The discussion highlighted that transdisciplinary educational management is a strategic response to face complex challenges but implies challenges such as training managers with critical thinking and skills to mediate in political contexts. Finally, the conclusions stress the urgency of promoting educational management that is ethical, inclusive, and transformative, capable of integrating multiple knowledges and actors to contribute to a just and relevant education.

 

Descriptors: Educational Management, Transdisciplinary Perspective, Exploring, Socio-formative Processes, Political Context.

Biographical Note: Doctoral candidate in Educational Sciences, UNESR. Master’s degree in educational Guidance – UNERG. bachelor’s degree in Comprehensive Education – UNA. Current professional role: Territorial Coordinator of Municipal Education.APU0201011 Biruaca-State Apure. Home address: Urb. El Merecure sector IV. Street 14 house 36.

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

 

En un mundo que se transforma a pasos acelerados, la gestión educativa demanda más que nunca una mirada amplia, capaz de integrar diversas disciplinas y perspectivas. Desde esta perspectiva, la transdisciplinariedad no solo se presenta como una metodología, sino como un imperativo para comprender la complejidad de los procesos socioformativos en un contexto político que no es estático, sino dinámico y a menudo conflictivo. Como afirma Morin (2005, 28), “la complejidad obliga a salir de las cajas disciplinarias para enfrentar la realidad en su totalidad, con sus múltiples niveles y conexiones”. De esta forma, la gestión educativa deja de ser un mero ejercicio administrativo para convertirse en una praxis que articula saberes, actores y políticas con el objetivo de formar sujetos críticos, activos y comprometidos.

Además, cabe considerar que los procesos socioformativos, entendidos como aquellas prácticas educativas que buscan transformar tanto al individuo como a la sociedad, requieren un enfoque que no solo atienda los contenidos curriculares, sino que también integre dimensiones sociales, culturales y políticas. En este orden de ideas, Leff (2010, 45) subraya que “la educación debe ser entendida como un proceso complejo donde lo social y lo político atraviesan cada instante formativo, dando sentido y dirección a las acciones pedagógicas”. Este enfoque implica que la gestión educativa no puede estar al margen de las políticas públicas, las cuales, a su vez, son producto y generadoras de tensiones y negociaciones entre diversos actores.

Por otro lado, la mirada transdisciplinaria en la gestión educativa invita a repensar los límites tradicionales que separan teoría y práctica, así como las fronteras entre disciplinas. En este sentido, Nicolescu (2002, 12) plantea que “la transdisciplinariedad es un puente que permite dialogar entre saberes fragmentados, integrando la diversidad para enfrentar desafíos complejos”. De este modo, no solo se enriquece la comprensión de los procesos socioformativos, sino que también se potencian las estrategias de gestión para que sean más inclusivas, flexibles y contextualizadas.

De este modo, explorar la gestión educativa desde esta óptica transdisciplinaria implica  reconocer  y  asumir  la  complejidad  inherente  a  los  procesos formativos y su

 

relación con el contexto político. Este estudio tiene como objetivo examinar de qué manera esta visión puede contribuir a la mejora de las prácticas educativas, subrayando la importancia de una gestión que no solo dirija, sino que transforme y converse con las realidades sociales y políticas en las que se encuentra.

 

Desarrollo

 

Gestión Educativa

La gestión educativa es un campo en constante evolución, que va más allá de la mera administración de recursos y procesos para abarcar dimensiones estratégicas, políticas y humanas. Según Leithwood et al. (2008, 23), “La gestión educativa implica el liderazgo y la toma de decisiones orientadas a mejorar la calidad del aprendizaje y el bienestar de la comunidad educativa, en un contexto que es social, cultural y político”. En este sentido, la gestión educativa debe considerar múltiples factores y actores, integrando no solo aspectos técnicos sino también emocionales y sociales. Además, como señala Bush (2011, 23), “esta gestión debe ser adaptable y sensible a los cambios del entorno, especialmente en sociedades complejas y plurales, donde las demandas son diversas y cambiantes”. Así, la administración educativa no puede ser concebida de manera aislada o lineal; necesita incorporar una perspectiva dinámica que se ajuste a los retos contemporáneos, entre los cuales resalta la digitalización, la inclusión y la diversidad cultural.

 

Transdisciplinariedad

El concepto de transdisciplinariedad es fundamental para este estudio, pues permite abordar la gestión educativa y los procesos socioformativos desde una mirada que trasciende las disciplinas tradicionales. Nicolescu (2002, 13) define la transdisciplinariedad como: “Un modo de conocimiento que integra y supera las disciplinas tradicionales, buscando comprender la complejidad del mundo mediante el diálogo entre diferentes saberes y niveles de realidad” (p. 13).

Esta definición resalta que la transdisciplinariedad no es solo una suma de disciplinas, sino una integración  profunda  que  genera  nuevos  sentidos y perspectivas. Además, Morin

(2005, 45) enfatiza “la importancia de pensar en la complejidad, entendida como la capacidad de considerar las interrelaciones, incertidumbres y contradicciones presentes en los fenómenos sociales y educativos”. De este modo, esta mirada invita a repensar la gestión educativa como un espacio donde convergen saberes diversos y se generan estrategias innovadoras que responden a la complejidad real de las instituciones educativas y sus contextos.

 

Procesos Socioformativos

Los procesos socioformativos se refieren a las prácticas educativas que buscan no solo la adquisición de conocimientos, sino también la transformación social y el desarrollo integral de las personas. Según Tedesco (2006, 89), “Los procesos socioformativos enfatizan la formación de sujetos críticos, autónomos y comprometidos con la transformación social, poniendo en el centro las relaciones sociales y culturales en la educación”. En este orden de ideas, la educación debe ser vista como una herramienta para la emancipación y el cambio social, donde la gestión educativa juega un rol clave al facilitar ambientes y estructuras que potencien estos procesos. Asimismo, Bernstein (2000, 43) advierte que “los procesos educativos están atravesados por relaciones de poder y contextos políticos que influyen directamente en las posibilidades de transformación y aprendizaje, lo que implica que la gestión educativa debe estar atenta a estas dinámicas para garantizar justicia y equidad”.

De este modo, la gestión educativa no puede limitarse a la organización técnica o administrativa; debe ser consciente y activa frente a las tensiones políticas y sociales que condicionan la experiencia educativa. En otras palabras, garantizar justicia y equidad no es solo un ideal abstracto, sino una responsabilidad concreta que exige vigilancia, análisis crítico y acción intencionada.

Por otro lado, esta reflexión invita a repensar las prácticas de gestión como herramientas para desarmar desigualdades y abrir espacios de inclusión, reconociendo que cada decisión administrativa tiene implicaciones políticas y sociales profundas. En definitiva, Bernstein nos recuerda que la educación es un terreno de lucha y posibilidad, donde la gestión juega un papel clave para que esos procesos se traduzcan en cambios reales.

 

 

Contexto Político

El contexto político constituye el marco en el que se desarrollan y condicionan tanto la gestión educativa como los procesos socioformativos. En palabras de Apple (2013, 102), “Las políticas educativas reflejan intereses sociales y económicos, y a su vez, configuran las condiciones bajo las cuales se desarrolla la educación y su gestión”. De esta forma, es indispensable considerar que la gestión educativa no se puede desvincular de las decisiones políticas que afectan recursos, currículos y prioridades. Además, estas políticas están sujetas a negociaciones, conflictos y alianzas que influyen directamente en la praxis educativa.

Por lo tanto, la integración de estos constructos permite comprender que la gestión educativa desde una mirada transdisciplinaria exige un enfoque que reconozca la complejidad del fenómeno educativo. No se trata únicamente de aplicar técnicas o modelos, sino de generar un diálogo constante entre disciplinas, actores y contextos. Este enfoque contribuye a construir una gestión más humana, flexible y comprometida con la justicia social y la formación integral de las personas.

 

METODOLOGÍA

 

La investigación documental bibliográfica constituye un enfoque fundamental para estudios que buscan comprender y analizar fenómenos desde fuentes escritas y documentos previos, sin la intervención directa sobre sujetos o contextos actuales. En este contexto, la metodología busca investigar la administración educativa desde la transdisciplinariedad, los procesos socioformativos y su entorno político, mediante el análisis crítico y metódico de literatura científica, libros, artículos, documentos oficiales y otros recursos académicos significativos.  

Según Hernández, Fernández y Baptista (2019, 99), “La investigación documental es un proceso riguroso y sistemático que implica la localización, recopilación, análisis y síntesis de información proveniente de fuentes secundarias con el fin de construir conocimiento sobre un fenómeno determinado”. Este pasaje resalta que, aunque la investigación  documental  no  implica  trabajo  de campo, demanda una gestión cuidadosa

 

y analítica de las fuentes para prevenir la superficialidad o la simple repetición de ideas. En este contexto, la revisión de la literatura no solo se enfoca en describir, sino que también pretende interpretar, comparar y vincular las diferentes perspectivas para ofrecer una visión más enriquecedora y sólida.

El presente trabajo se inscribe en una investigación cualitativa, de corte documental, cuya finalidad es comprender la complejidad de la gestión educativa desde un enfoque transdisciplinario. De este modo, se privilegia la profundidad y el análisis crítico sobre la cantidad de datos, buscando entender las conexiones y tensiones entre los constructos estudiados (transdisciplinariedad, procesos socioformativos, contexto político).  Se seleccionaron fuentes académicas reconocidas: libros especializados, artículos científicos, tesis, documentos institucionales y reportes de políticas educativas. Estos materiales se eligieron bajo criterios de relevancia, actualidad y rigor científico, con el propósito de garantizar una base sólida para el análisis.

La recopilación de información se realizó mediante búsqueda en bases de datos académicas (Scopus, Google Scholar, REDALYC), bibliotecas digitales y plataformas institucionales. Posteriormente, se aplicó un análisis crítico y comparativo, identificando categorías temáticas y relaciones entre autores, teorías y enfoques. Como sostiene Gil (2010, 56), “El análisis documental exige un proceso de lectura comprensiva y reflexiva, que permita desentrañar el sentido profundo de los textos y su pertinencia para el objeto de estudio”. Este análisis permite, además, establecer vínculos entre diferentes posturas teóricas y prácticas, enriqueciendo la interpretación y facilitando la construcción de un marco conceptual coherente.

Por lo tanto, la elección de una metodología documental bibliográfica para este estudio responde a la necesidad de construir un conocimiento fundamentado y actualizado sobre un tema complejo, que involucra múltiples dimensiones y disciplinas. Como se ha visto, esta metodología no es un simple ejercicio de recopilación, sino un proceso activo de interpretación y diálogo con las fuentes, que permite comprender cómo la gestión educativa puede ser abordada desde una mirada transdisciplinaria, contextualizada en las tensiones y oportunidades que brindan los procesos socioformativos y las políticas educativas.

 

 

RESULTADOS

 

El análisis de la literatura revela que, aunque los autores coinciden en la importancia de una gestión educativa que responda a la complejidad y diversidad del contexto actual, cada uno aporta matices que enriquecen la comprensión del fenómeno.

Complejidad y Transdisciplinariedad en la Gestión Educativa: Morin (2005, 28) es un referente fundamental para entender la complejidad en la educación. Él sostiene que la realidad educativa no puede abordarse desde enfoques fragmentados, sino que requiere una mirada que integre múltiples dimensiones y niveles de realidad, señalando que “la complejidad obliga a salir de las cajas disciplinarias para enfrentar la realidad en su totalidad”. Desde este enfoque, la gestión educativa debe ser capaz de articular procesos que involucren no solo aspectos administrativos, sino humanos, culturales y políticos.

En línea con Morin, Nicolescu aporta la noción de transdisciplinariedad como una herramienta epistemológica y práctica que permite superar las barreras entre disciplinas. Nicolescu (2022, 12), afirma que “la transdisciplinariedad es un puente que permite dialogar entre saberes fragmentados, integrando la diversidad para enfrentar desafíos complejos”. La convergencia de estos pensamientos subraya que una gestión educativa eficaz debe ser flexible, abierta y capaz de integrar saberes diversos para atender los retos multifacéticos del contexto socioeducativo.

Por otro lado, Tedesco (2006, 89) pone en primer plano la dimensión socioformativa, subrayando la formación de sujetos críticos y comprometidos como objetivo esencial de la educación. Para él, “los procesos socioformativos enfatizan la formación integral y la transformación social, reconociendo la importancia de los contextos culturales y políticos”. En este sentido, la gestión educativa debe facilitar ambientes que promuevan estas prácticas transformadoras. Esta idea es complementada por Bernstein (2000, 43), quien alerta sobre la influencia decisiva de las relaciones de poder y las condiciones políticas en el proceso educativo. Señala que “los procesos educativos están atravesados por relaciones de poder y contextos políticos que influyen directamente en las posibilidades de transformación y aprendizaje”. Así, la gestión no solo  organiza  procesos,  sino  que  también  debe   ser  un   agente   consciente   de   estas

dinámicas, trabajando para garantizar justicia y equidad.

Finalmente, Michael Apple (2013, 102) aporta una mirada crítica sobre las políticas educativas, señalando que estas reflejan intereses sociales y económicos que moldean las condiciones bajo las cuales se desarrolla la educación. Apple afirma que “las políticas educativas configuran las prioridades y recursos, y, en consecuencia, condicionan la praxis educativa y la gestión”. Este planteamiento pone en evidencia la estrecha relación entre gestión educativa y contexto político, y la necesidad de que la gestión se desarrolle con una mirada crítica y contextualizada.

En conjunto, estos autores coinciden en que la gestión educativa no puede concebirse como un conjunto de acciones aisladas ni técnicas puras. Debe ser un proceso complejo, transdisciplinario, sensible a las condiciones políticas y sociales, y comprometido con la formación integral y crítica de los sujetos. La transdisciplinariedad, por tanto, emerge no solo como una herramienta epistemológica, sino como una necesidad práctica para gestionar procesos socioformativos que respondan a los desafíos del mundo contemporáneo.

 

DISCUSIÓN

 

Los hallazgos de este estudio confirman que la gestión educativa, cuando se aborda desde una mirada transdisciplinaria, se posiciona como una práctica compleja y multifacética, capaz de responder a las demandas cambiantes y desafiantes del contexto educativo contemporáneo. En efecto, los autores analizados coinciden en que la educación ya no puede entenderse como un sistema cerrado ni fragmentado, sino como un entramado dinámico que involucra aspectos políticos, sociales, culturales y tecnológicos.

Por un lado, la perspectiva de Morin (2005) sobre la complejidad impulsa a repensar la gestión educativa más allá de las estructuras rígidas y departamentales. Esto significa que los gestores educativos deben desarrollar una sensibilidad para navegar la incertidumbre y las interrelaciones múltiples que configuran la realidad educativa. En este sentido, la transdisciplinariedad, como señala Nicolescu (2002), ofrece un marco epistemológico que facilita la integración de saberes dispersos, superando las limitaciones

propias de los enfoques tradicionales. De esta forma, la gestión se enriquece con la diversidad de perspectivas y se vuelve más flexible, contextualizada y creativa.

Por otro lado, el enfoque socioformativo destacado por Tedesco (2006) introduce una dimensión ética y política indispensable. La formación de sujetos críticos y comprometidos con la transformación social no es un mero ideal pedagógico, sino una necesidad urgente en un mundo marcado por desigualdades y conflictos. En esta línea, Bernstein (2000) nos recuerda que las relaciones de poder y las políticas educativas condicionan profundamente las posibilidades reales de aprendizaje y cambio. Por lo tanto, la gestión educativa debe posicionarse como un actor político consciente, que promueva la equidad y la justicia dentro y fuera del aula.

Además, la reflexión de Apple (2013) sobre las políticas educativas enfatiza que estas no son neutrales, sino que responden a intereses sociales y económicos específicos. Esto subraya la necesidad de que los gestores educativos posean no solo habilidades técnicas, sino también un pensamiento crítico y estratégico que les permita negociar, adaptar y transformar estas políticas para beneficio de la comunidad educativa.

 En conjunto, la discusión revela que la gestión educativa transdisciplinaria se presenta como una respuesta adecuada para afrontar la complejidad de los procesos socioformativos en contextos políticos diversos. Sin embargo, esta propuesta implica desafíos importantes, como la necesidad de formación continua para los gestores, la promoción de culturas institucionales abiertas y colaborativas, y la capacidad para gestionar tensiones y conflictos inherentes a cualquier espacio educativo.  En definitiva, este estudio aporta evidencia y reflexión que invitan a replantear las prácticas de gestión educativa, no solo como administración de recursos, sino como una labor estratégica, ética y transformadora, capaz de articular saberes, actores y contextos para construir una educación más justa, inclusiva y relevante.

 

CONCLUSIONES

 

En primer lugar, queda claro que la gestión educativa desde una perspectiva transdisciplinaria ofrece una visión integral y necesaria para enfrentar la complejidad del mundo  educativo  actual. Este  enfoque  permite articular  diversas disciplinas, saberes y

actores, enriqueciendo la práctica de la gestión y potenciando su capacidad para adaptarse a contextos políticos, sociales y culturales en constante cambio.

Además, los procesos socioformativos se presentan como el núcleo fundamental sobre el cual debe girar cualquier acción de gestión educativa que aspire a ser transformadora. La formación de sujetos críticos, autónomos y comprometidos con la justicia social requiere un diseño y una administración que integren las dimensiones humanas y políticas, reconociendo que el aprendizaje va más allá de la mera transmisión de contenidos.

Por otro lado, la interrelación entre la gestión educativa y el contexto político se revela como una dimensión imprescindible para comprender los límites y posibilidades de la praxis educativa. La gestión no puede desligarse de las políticas y relaciones de poder que condicionan los recursos, las prioridades y los marcos normativos; al contrario, debe operar con una conciencia crítica que promueva la equidad y la inclusión.

Finalmente, este estudio resalta la urgencia de formar gestores educativos que no solo posean competencias técnicas, sino habilidades para el pensamiento complejo, la negociación política y la mediación social. Solo de este modo será posible construir prácticas de gestión que respondan eficazmente a los desafíos contemporáneos y contribuyan a una educación más justa y relevante.

 

 

REFERENCIAS

 

Apple, Michael 2013. Educación y poder. Madrid: Morata.

Bernstein, Basil. 2000. Pedagogía, conocimiento y poder. Barcelona: Paidós.

Bush, Tony. 2011. Theories of Educational Leadership and Management. 4th ed. London: SAGE Publications.

Gil, Antonio. 2010. Métodos y técnicas de investigación social. 6.ª ed. México: McGraw-Hill.

Hernández Sampieri, Roberto, Carlos Fernández Collado, y Pilar Baptista Lucio. 2019. Metodología de la Investigación. 6.ª ed. México: McGraw-Hill.

 

Leithwood, Kenneth, Karen Seashore Louis, Stephen Anderson, y Kyla Wahlstrom. 2008. How Leadership Influences Student Learning. Minneapolis: University of Minnesota.

Morin, Edgar. 2005. Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: Gedisa.

Nicolescu, Basarab. 2002. Manifesto of Transdisciplinarity. New York: SUNY Press.

Tedesco, Juan Carlos. 2006. La educación en la sociedad del conocimiento. Buenos Aires: Santillana.